sábado, 9 de junio de 2007

Víctimas de la Ciencia

Cadáveres, o partes de éstos, fueron robados de América Latina y enviados a Estados Unidos para estudios sobre radioactividad.

(Publicado originalmente en la sección Domingo del periódico El Nuevo Día el 13 de abril de 2003)

Como sacado de una película de horror, cadáveres puertorriqueños, o más bien partes de éstos, fueron enviados a los Estados Unidos para un estudio secreto sobre radiación durante los años 1955-1970, según demuestran varios documentos desclasificados recientemente por el Gobierno de los Estados Unidos. El estudio fue patrocinado por el Departamento de Energía de los Estados Unidos y su objetivo era medir los niveles de estroncio-90, un producto de la radiación nuclear, en los huesos humanos a través del mundo. Era el Proyecto Sunshine, o Brillo Solar, porque se pensaba que la radiación nuclear podía afectar a personas de todo el planeta a través de la atmósfera. Este proyecto fue dirigido en sus comienzos por el Dr. Willard Libby, quien en el 1960 ganó el premio Nobel en química por inventar la técnica del uso del carbono-14 para determinar la fecha de artefactos antiguos.

En una reunión llevada a cabo el 18 de junio de 1955 en Washington, D. C., el Dr. Libby les dijo a sus colegas: "Las muestras humanas son de suprema importancia, y si alguien conoce una buena manera de robar cuerpos, verdaderamente estarán sirviendo a su país... Contratamos a una firma de abogados bien cara para que investigara la ley sobre el robo de cuerpos, pero los resultados no son muy prometedores; muestran cuán difícil será hacerlo legalmente". No obstante, el Dr. Lawrence Kulp, de la Universidad de Columbia, en New York, le ofreció la siguiente posibilidad: "Fácilmente, podríamos obtenerlos de Puerto Rico y de otros lugares" (accedido de varias fuentes, incluyendo aquí.)

El Dr. John Bugher, director de la División de Biología y Medicina de la Comisión de Energía Atómica, explicó que en otros contextos había sido necesario pagar por cada muestra. "A través de los años, en los estudios de fiebre amarilla de la Fundación Rockefeller obtuvimos decenas de miles de especímenes de hígados usando ese esquema", aseguró Bugher.

Al finalizar el proyecto, en 1970, se habían obtenido más de 10,000 cuerpos a través del mundo, incluyendo a 6,000 bebés. Los cuerpos eran incinerados para luego medir el nivel de estroncio-90 y de otros compuestos en las cenizas. Temprano en la investigación, Libby y sus asociados habían concluido que las mejores muestras eran las de bebés, ya que sus huesos podían incorporar el estroncio-90 más fácilmente, puesto que estaban en constante crecimiento. En total, se obtuvieron muestras de 27 lugares o estaciones, a través del mundo. No sabemos cuántas "muestras" fueron obtenidas de Puerto Rico, pero lo cierto es que para el 1956 se habían obtenido por lo menos 23, y para el 1960, por lo menos otras 28.

En la mayoría de los casos, si no en todos, los cadáveres fueron enviados a los Estados Unidos, y en algunos casos a Gran Bretaña, sin el consentimiento ni el conocimiento de sus familiares. Así lo determinó el Comité Consejero sobre la Irradiación de Humanos, nombrado por el presidente Clinton para que investigara los casos de irradiación humana durante la guerra fría (Final Report of the Advisory Committee on Human Radiation Experiments, Oxford University Press, 1996). El Comité informó sobre diversos experimentos donde se violaron los más fundamentales derechos humanos, incluyendo la irradiación de los testículos a prisioneros, dietas con isótopos radiactivos a estudiantes de una escuela para niños con problemas de aprendizaje, la inyección de plutonio a pacientes de cáncer, y la inyección de células cancerosas a pacientes por parte del Instituto Sloan-Kettering, que era dirigido por el infame Dr. Cornelius Rhoads, el mismo que en el 1931 confesó haber matado a ocho puertorriqueños e inyectarle células cancerosas a varios más.

Los documentos desclasificados hasta ahora describen la edad de las víctimas puertorriqueñas utilizadas, el día de su fallecimiento y su sexo (Project Sunshine, Annual Report, Period March 31, 1955-April 1, 1955, Department of Energy). Éstas eran designadas con la letra B y un número. Cada uno de estos cadáveres, o partes de ellos, fueron incinerados en los Estados Unidos. Por supuesto, las cenizas, una vez analizadas, fueron descartadas como cualquier desecho de laboratorio.

En el 1957, el Dr. Kulp y sus asociados presentaron los resultados de un estudio que involucraba 1,500 huesos humanos alrededor del mundo. Éstos fueron publicados en la revista Science (Strontium-90 in Man, vol. 125, páginas 219-225). Los resultados merecieron la primera página de New York Times (8 de febrero del 1957). Los países de los que se obtuvieron muestras incluían a Puerto Rico, Chile, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil, Canadá, Australia, Gran Bretaña, India y los mismos Estados Unidos, entre otros. En Latinoamérica, las personas contacto que proveyeron muestras para el proyecto fueron el Dr. David Rosenberg de Chile, el Dr. L. Potenza del Servicio Nacional de Anatomía Patológica de Venezuela, el Dr. Francisco Husberlin del Hospital Bautista de Colombia, el Dr. Juan A. Montalbán del Instituto Nacional de Higiene de Ecuador, y el Dr. Humberto Meneses de Brasil.

La mayoría de las muestras latinoamericanas provinieron de Chile y Venezuela. En otras áreas participaron el Dr. W.B. Leach del Hospital General de Vancouver en Canadá y la Dra. Marian O. Boshr del Hospital de la Misión Bautista Americana en India. En los Estados Unidos estaban el Dr. Shields Warren, del Cancer Research Institute en Boston; el Dr. James McNaught, del Centro Médico de la Universidad de Colorado; el Dr. Robert Coon, de la Universidad de Columbia en New York, y el Dr. Clarence Brown, de la Universidad Baylor en Houston.

¿Quién fue la persona en Puerto Rico que proveyó las muestras para este proyecto? El documento desclasificado por el Departamento de la Defensa lo identifica como el Dr. Lorenzo Galindo, de la Escuela de Medicina Tropical de la Universidad de Puerto Rico.

En otro experimento con cadáveres puertorriqueños, el Dr. Richard B. Holtzman escribió un artículo titulado Pb210 (Ra D) en habitantes de una isla caribeña (Annual Report, July 1963 through June 1964, Radiological Physics Division, Argonne National Laboratory). "La concentración promedio de plomo-210 en las vértebras de puertorriqueños fue de 0.118 pC/g ceniza", añade. "Los especímenes de vértebras fueron obtenidos durante la autopsia de 28 residentes del vecindario de la ciudad de San Juan, 19 varones y 9 hembras, entre enero y agosto del 1961". De hecho, concluye: "Agradezco al Dr. J. Rivera, del Laboratorio de Salud y Seguridad de la Comisión de Energía Atómica, y al Dr. C. Galindo de la Universidad de Puerto Rico, por proveer las muestras. Presumo que C. Galindo es en realidad Lorenzo Galindo, quien proveyó las muestras en el 1955 y 1956. Y J. Rivera es Joseph Rivera, quien de hecho, en marzo de 1963, ofreció una conferencia titulada Estroncio-90 en la dieta humana y en los huesos, durante la reunión número 97 del Comité Asesor para Biología y Medicina de la Comisión de Energía Atómica celebrada en New York. Las víctimas de este experimento, fallecidas entre enero y agosto de 1961, son identificadas sólo por edad y sexo. Sólo las vértebras fueron utilizadas y presumiblemente enviadas a los Estados Unidos. Sin embargo, no sabemos qué sucedió con el resto del cadáver.

Hasta ahora, no sabemos cuántos otros cadáveres puertorriqueños, o partes de éstos, fueron utilizados para este proyecto durante su duración. Tampoco sabemos qué otras personas en Puerto Rico estuvieron involucradas en el envío de los mismos a los Estados Unidos.

Los hechos discutidos en este artículo pueden parecer horrorosos, pero son ciertos. Representan una fracción de los abusos cometidos contra el pueblo puertorriqueño en nombre de la ciencia.

Si usted tiene alguna información que ayude a esclarecer estos casos, puede comunicarse con el autor a la siguiente dirección:


Edwin Vázquez, Ph.D.
Departamento de Biología
Universidad de Puerto Rico en Cayey
Cayey, Puerto Rico 00737



8 comentarios:

  1. Anónimo3:24 a. m.

    Excelente como siempre. Ademas de un buen biologo definitivamente eres buen escritor (o reportero). Aunque creo que estas algo deprimido (usualmente das un tono jocoso a tus blogs, cosa que no he visto en tus ultimas entradas). Yo lei algo similar en la revista "La Recherche" hace un tiempo. En plena guerra fria se experimentaba con la intencion de medir los niveles de tolerancia de radioactividad en los humanos. Se utilizo calcio radioactivo en la leche en escuelas especiales aqui en Puerto Rico.

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  2. Anónimo:

    Gracias por el dato del calcio radioactivo aquí. Lo investigaré.

    No estoy deprimido (aunque el problema de muchos deprimidos es que no saben que lo están) sino algo relajado porque se acercan las vacaciones. Creo que mi humor se da en función de mi estrés, son directamente proporcionales.

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  3. Anónimo7:54 a. m.

    Me quedé con una duda... ¿los familiares de estas personas no cuestionaron qué pasaba con sus muertos? ¿No se supone que los velaran y enterraran? Entiendo que si extraían una parte del cuerpo, pues difícil saberlo, pero cuerpos humanos enteros, ¿cómo es posible? Horrenda esa noticia y más horrendo pensar que experimentaron con nuestros niños... es un asco.

    Enid

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  4. Enid:

    Los cuerpos enteros que enviaron eran de cadáveres no reclamados por una u otra razón. En el caso de las partes, lo que hacían era quitarle una parte que no se notara. Hubo un caso en Gran Bretaña donde una madre descubrió que al cuerpo de su hija le faltaba una pierna.

    Tengo documentos que hasta detallan cómo embarcar los cadáveres, incluyendo el tipo de caja que debería usarse.

    Si quieres busca en Google la frase "Sunshine Project" y sorpréndete.

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  5. que horror. quien sabe que cosas aun estan sucediendo... que triste. y eso, que gracias a estados unidos estamos "bien". que hipocresia su "in god we trust", supongo que el "god bless america" se refiere solo a la porcion que EEUU ocupa en esta.

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  6. Anónimo10:24 a. m.

    Terrible esta historia como sacada de un cuento de Kafka. Sí que eres un tenaz investigador. (Zenia)

    http://imaginados.blogia.com

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  7. Imagina a Edwin en una puta cola de un puto supermercado vacio de Cuba... y Zenia delante de él razonando a la compañera cajera... a Edwin, que no osaría discutir ni protestar, le diría: ¡calla gusano, que me chivo!

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  8. En Argentina cuando creci en los 80, hubo casos de denuncias sobre como se encontraban cadaveres de niños y jovenes sin una sola gota de sangre o de organos, se creia entonces que existia el trafico de organos, pero los medicos aseguran hasta hoy que eso no podia ser dado que se saca de pacientes con muerte cerebral en "funcionamiento". Una compañera decia que una primita que fallecio en un hospital publico al darsela a la mama su cuerpecito, este estaba vacio relleno de algodon. Y conoci a un biologo de origen hungaro que vivia en mi ciudad y que fue acusado de robarle sangre, no se si organos a chicos, dicen que aparecian muertos sin esas cosas y era que el hacia sus experimentos, tal vez era enviado por los EUU para obtener partes de cuerpos o cuerpos.

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