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sábado, 7 de octubre de 2006

Capítulo 4: "I'm gonna kill me a dog today"

El infierno de osopeludo23

Una novela del ciberespacio

Edwin Vázquez de Jesús
Lea los capítulos 1-3 más abajo

Capítulo 4: "I'm gonna kill me a dog today".


El día no perfilaba bien. Uno de esos donde todo le saldría mal. Eran las 7:15 de la mañana y aún no había salido de la casa. La máquina de café se había dañado. Apenas salía agua para bañarse. Y se suponía que estuviera a las 8:00 en la reunión. Llegaría tarde, por supuesto. Detestaba llegar tarde. Y detestaba a los que llegaban tarde. Menos mal que era viernes y que el tráfico estaría más liviano que lo usual. Algún patrón social de gente tomándose largos fines de semana. Alguien tendría que estudiarlo. Se apresuró porque sabía que podía lograrlo.

Había leído minutos antes tres de los anónimos que osopeludo23 le había dejado en su blog el día anterior. No los publicaría porque eran basura mal escrita. Ni siquiera sabía insultar con propiedad. Aún le daba vueltas en la cabeza la idea de que Oso Peludo lo había confundido con otra persona.

Se detuvo en la luz roja. Creía de corazón en el orden social. Si la roja significa espere esperaremos. ¿Qué diablos quería decir Oso Peludo con eso de que publicara la verdadera historia de Amanda Liengo? No tenía sentido. Poco a poco le vinieron a la mente los insultos. Cabrón. Pendejo. Mamao. La luz se puso verde. Él estaba absorto en sus recuerdos. Idiota. Arrogante. Hijo de puta.

Un bocinazo lo despertó. Algo aturdido miró con coraje a través del retrovisor al infeliz que lo había despertado. Notó al tipo haciendo gestos. Se tomó su tiempo frente a la luz. “Que no me jodan porque no me muevo”, pensó.

Entonces la vio. La perrita estaba obviamente perdida porque estaba bien cuidada y recortada. Alcanzó a ver que llevaba alguna medalla de identidad. Los bocinazos de nuevo. Volvió a pensar en Oso Peludo. El depredador había marcado a la presa. Escondido esperaba al momento del ataque. La seguridad le invadió el alma. La lluvia cae del cielo. El mar tiene olas. El viento acaricia las hojas. Oso Peludo pagaría caro su error.


La perrita corrió hacia la acera. Él la miró con amor. Con el mismo amor que sentía por Oso Peludo. Hizo el cálculo. La decisión estaba tomada. Cuando la perrita se lanzó a cruzar la calle él pisó con fuerza el acelerador.

4 comentarios:

  1. Anónimo1:54 a. m.

    ¡¡¡¡¡EDWIN!!!!!!


    ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAALTOOOOOOOOO!!!!!!


    A la perrita ni tocarla...


    ... que te aplico una demo de los métodos de estudio y aprendizaje del nacionalcatolicismo español.

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  2. Anónimo7:32 a. m.

    OHHHHHHHHHHHHHHH

    ¡¡¡X está tostao de verdad!!!

    La perrita no Edwin, la perrita ¡NO!
    por cierot te volvió a faltar el efecto al final: buuuaaaaajajajajaja!

    *************************************
    Cambiando el tema:

    Me dejaron un comentario en mi blog. Me desearon que me vovieran a violar.
    Parece que ser tu 'cheer leader' tiene sus desventejas. Me salpica el odio que te tienen.

    Pero na' yo le dediqué todo un posteo para su ego.

    Cuidate : 'Chijí, chijá....'

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  3. Anónimo11:40 a. m.

    Ay no :( ... pq mis libros favoritos siempre tienen parrafos tristes !!!

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  4. Anónimo5:33 p. m.

    viejo verde lo unico que conoces sobre osopeludo es que es eso mismo oso peludo no tienes mas nada, de ser asi lo publicarias

    que infeliz eres

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