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domingo, 1 de octubre de 2006

Capítulo 6: El Final. Esperanzo Matos llega a su destino

La Delirante Historia de Esper Matos
Capítulo 6: El Final. Esperanzo Matos llega a su destino
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Esperanzo había quedado aturdido por el golpe traidor de cientos de espermatozoides que seguían a Evaristo. Desde lejos alcanzó a ver cómo éste se metía a través de la corona radiata hacia la zona pelúcida. Una vez penetrara esta última llegar al óvulo sería fácil. Evaristo lo reconoció en la distancia por su pequeño rabito, el más corto de todos los espermatozoides que habían salido en aquella eyaculación.

Con mucha dificultad Esper se repuso y se abrió paso entre la multitud. Con un nuevo sentido de esperanza le dio órdenes a sus seguidores de que le abrieran paso. En lugar de atacar por puntos múltiples enfocó los ataques en un solo sitio. Los espermatozoides de su ejército descargaban las enzimas digestivas de sus acrosomas. De pronto se abrió un hueco en la corona radiata pues las células nodrizas que la formaban no pudieron ante el ataque enzimático del ejército de Esper. Un nuevo grito y otra oleada de espermatozoides se lanzaron contra la zona pelúcida digiriendo a su paso proteínas y carbohidratos y abriendo un túnel que llevaría a Esper hasta la membrana celular del óvulo.

Esper nadaba con todas sus fuerzas, con sus mitocondrias produciendo todos los ATP posibles para proveerle la energía que necesitaba ahora más que nunca. No sabía dónde estaba Evaristo. Solo sabía que aquí ganaría el primero que llegara. Después de eso la membrana celular del óvulo sufriría cambios que impedirían la fecundación por otro espermatozoide. Le llamaban inhibición de polispermia. Así se evitaba que un óvulo recibiera más cromosomas de los que debía, en cuyo caso el desarrollo del embrión quedaría abortado. Esperanzo oyó un grito descomunal de alegría. Eran los espermatozoides amigos que habían visto la membrana del óvulo e instaban a Esper a nadar con más fuerza. La única manera de saber si era muy tarde era tocar la membrana con su cabeza. Ya había liberado sus propias enzimas acrosomales. Respiró hondo. Vio la membrana enorme. Y se lanzó de cabeza.

En un acto milagroso Esper sintió cómo su propia membrana celular se unía a la membrana celular del óvulo. No podía creer su fortuna. Uno entre trescientos millones y él era el afortunado. Con amor movió su núcleo hacia donde se había unido con el óvulo. Estaba escrito que sólo el núcleo podría entrar. El resto del espermatozoide se quedaría afuera. Inmediatamente hubo un cambio instantáneo en las cargas eléctricas de la membrana celular. Inhibición de la poslispermia. Justo en ese instante, cuando Esper se sentía desaparecer en la entrega con el óvulo, escuchó el alarido de dolor de Evaristo. Se había quedado afuera. El rabito no lo había ayudado.

Esper sintió un profundo sueño. Ya no era una célula. Su vida no se iba sino que comenzaba en una nueva criatura. Los 23 cromosomas de Esper viajaron con el núcleo por el citoplasma del óvulo. Entonces ambos nucleos se unieron. Se convirtieron en uno y cromosomas que habían estado separados por el tiempo y el espacio, de él y de ella, se encontraron y se juntaron. El 1 con el 1, el 13 con el 13, 23 con el 23. X con X. La vida de una niña comenzaba. Esperanza Matos había sido concebida.

PRONTO: LA DELIRANTE HISTORIA DE ESPERANZA MATOS

7 comentarios:

  1. Cuando publicas el libro. lol.

    Saludos,
    -Alex

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  2. Que bonito final!!

    Me gustó mucho, que bueno que al final triunfo esper y ahora nace la esperanza... :P

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  3. Anónimo5:56 a. m.

    ¡Al fin! A Esper aún le quedó un hálito de resuello pa'cantá la canción de Martirio:


    Son las ocho menos cuarto,
    me tengo que levantar,
    lavar y vestir a los niños
    y preparar las tostás.
    ¡Qué a gusto me quedaba en la cama todo el día,
    otra vez el mismo rollo,
    todos los días lo mismo, qué fatiga!

    Y es que no puedo con mi cuerpo,
    no tengo ganas de ná,
    necesito una pastilla para ponerme a funcional.

    Y es que estoy malo, muy malo,
    malo de acostarme,
    y es que estoy malo, muy malo,
    malo, malo, malo de acostarme.

    Lo saben todas mis vecinas,
    por las paredes se enteran:
    que me acuesto con mi guerrillera
    pero los muelles no suenan.
    ¡Ay! pero los muelles del somier no suenan.

    Y es lo que le digo a ella
    y no se quiere enterar,
    que estando malo, estando malo
    no se tiene cuerpo pa ná.


    Esper ¡Ay! Bendito

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  4. Genial el esperado final, porque no es final, es el comienzo!
    Me ha parecido muy romántico y unificador el post siguiente con la canción de Pablo, como reflexión ante el comienzo de una vida producto de dos que se aman. Bueno, es mi impresión. :D
    Saludos!

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  5. ehhhhhhhhhhhhhhhh!!!! xD

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  6. GeniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaL !!!
    Me encantó..!
    .....

    Saludos desde las faldas de El Yunque!

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  7. Me pregunto que hubiese pasado si Evaristo hubiese triunfado... Lol.

    Mendito, pobre Edwin...

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