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martes, 14 de noviembre de 2006

El síndrome Bush en Puerto Rico

Se lo dijeron una y otra vez. Salgamos de Irak. Bota a Rumsfeld. Escucha al pueblo. Pero Bush, en la arrogancia que sólo la gente con una inteligencia limitada puede tener, dos cosas que son inversamente proporcionales, la arrogancia y la inteligencia, no hizo caso. Por eso en las elecciones congresionales, que se dan cada seis años en los Estados Unidos, la mayoría de los votantes norteamericanos le dio una patada en el trasero a Bush, como diciendo “despierta imbécil”, y Bush escuchó. Al otro día de las elecciones anunciaba que Rumsfeld se iba, lo iban, como Secretario de Defensa de los Estados Unidos. Los demócratas controlan ahora el Congreso, Cámara y Senado, y Bush perdió una parte significativa de su poder. La agenda ahora será otra.

En Puerto Rico el pueblo está diciéndole hace tiempo a los legisladores “despierten imbéciles”. Pero no nos hacen caso. Se han pasado el referéndum de la unicameralidad por los esfíncteres traseros. Esto constituye un insulto para la inteligencia de todo un pueblo que sabe sumar y restar y que en el caso de los legisladores hay que partir la legislatura por la mitad. Está también el asunto de las escoltas a los ex gobernadores. Está claro que el pueblo no quiere este despilfarro. ¿Y qué hizo la Legislatura? Tanto senadores populares como penepés votaron a favor de que se mantengan las escoltas a estos viejos ricos que tienen dinero de sobra para pagárselas ellos mismos.

Les dijimos a los legisladores que no queremos los malditos barriles de tocino y los eliminaron. Pero por supuesto salivaron con la posibilidad de seguir manejando grandes sumas de dinero sin ningún control y ahora se han echado para atrás. No quieren barriles de tocino. Quieren el lechón completo.

Esta gente sigue subestimando al pueblo, tal y como lo hizo Bush. Y lo hacen porque la arrogancia es inversamente proporcional a la inteligencia de un individuo. En el 2008 les demostraremos quienes tienen el poder en las democracias. Van pa’ fuera. Del partido que sean.

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