Una novela cibernética por Edwin Vázquez de Jeús.
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Malditos bastoncillos. Esa células en la retina que abundan en los animales, en este caso los perros, que les permiten detectar intensidades de luz aunque no les permite ver colores. Los últimos son detectados con las células retinales llamadas conos, y los perros tenían muy pocos. Así que la maldita perra no pudo haber visto cambios de colores. Ni que interpretara semáforos. La perrita vio con interés el BMW azul que le pasó por el lado. Hoy no era su día.
A esa misma hora osopeludo23 se sentaba en su cubículo y encendía la computadora. Entró al blog especial dedicado al infeliz ese, y posteó su gran pieza literaria:
Gamberro. No creas que estoy apagao’, es que estoy cocinando.
Slo eso sería suficiente para asustar a Mr. Arrogante. Le envió copia a su colega del crimen. Siempre lo hacía. El BCC, “blind carbón copy” a Maritza Vega. Vale por las veces que ella lo había ayudado. Pero sobre todo por el gran favor que jamás podría pagar: ella le ayudó a conseguir el password y username que osopeludo usaría para meterse en la cuenta de X. Claro con la ayuda de sus colegas. Cierto, era ilegal pero nadie se iba enterar. “No way”. El muy idiota había dejado registrada su información en el dominio que ellos controlaban y había usado el mismo password de Hotmail. Una ventana abierta de par en par. Esto era mejor que el phishing. Se sentía mareado de la alegría. Le enviaría otro anónimo.
X estaba en su escritorio y se sentía con dolor de cabeza. Sabía que había perdido todos los controles en la carretera pero no recordaba los detalles de lo que había sucedido, si algo, antes de llegar al trabajo. Se metió al blog de osopeludo23 y allí estaba en letras mayúsculas el mensaje amenazante: "No es que estoy apagao’, es que estoy cocinando”. Leyó y releyó el mensaje y una neurona hizo sinapsis con otra. Y otra con otra. Y así hasta que se dio cuenta. Parecía muy sencillo pero tenía que ser. Sabía quién era Maritza Vega y de hecho, los federales ya sabían de ella pues él no había perdido el tiempo. Ya la estaban velando. Y a Ismael, su amigo . “Call me Ishmael”, había recordado. Sólo que Ismael no era su nombre verdadero.
Pedro estaba a punto de recibir una gran sorpresa.
que es trato cruel?
ResponderBorrarDr. Vazquez... disculpe que le comente esto en donde no va, pero chequee el blog de evaristo (sorprendeme.net). Queremos saber lo que UD. opina al respecto.
ResponderBorrarEstimado anónimo:
ResponderBorrarGracias por la información. Ya me lo habían dicho. TODO ES FALSO. Increíble. Ni siquiera soy el Edwin Vázquez de ese divorcio.
Estaré demandándolos próximamente. Los federales han sido informados. Escribí algo sobre el asunto en el blog.