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Amiguito boricua:
Te escribimos los Tres Reyes Magos. Por lo general eres tú quien nos dejas cartas en la víspera de nuestra celebración, pidiendo como siempre, en el último momento, los regalos que deseabas que el gordo pendejo de Santa Claus te trajera pero que no aparecieron a la mañana siguiente.
Esos somos nosotros, las jodías sobras. Y otra cosa: ¿te sabes al menos el nombre de uno de los venados de Santa? (apuesto que "Rudolph"), pero jamás has presentado interés en conocer el nombre de nuestros camellos (por si acaso: Tony, Paquito y Noel).
Pero, como sea, venimos a traerte juguetes y regalos con mucho amor. A cambio, nos dejas tres pendejas cajas de hierba. ¿Carajo.... Acaso no crees que los camellos pueden comer directamente de tu patio? Todos están obsesionados con alimentar a los jodíos camellos, y nosotros, los Reyes, que nos jodamos. Tenemos que comernos las sobras que dejaron de la fiesta de vísperas.
Al gordo culón y barrigón les dejan galletas y, nosotros, para que nos marquen de tercermundistas, nos dejan la mierda de hierba esa. Pero, ese no es el motivo de esta carta. Queremos advertirte que no podremos visitarte el próximo año porque estamos en prisión.
El problema ocurrió en el aeropuerto. Sabes que no tenemos trineo ni venados voladores, sino tres viejos camellos cuyos nombres espero hayas aprendido. Los camellos viajan por barco y nosotros por avión. Esta vez llegamos con bastante antelación, pues todos los años es un jodío pugilato bregar con aduana, y como no entendíamos el jodío horario de vacaciones del gobierno, pues nos presentamos con bastante tiempo. Pero no pudimos abandonar el cabrón aeropuerto. Desde hace unos años, se nos ha hecho la cosa dura para nosotros los árabes. El Incienso nos lo confiscaron, el Oro se lo robaron mientras Baltasar echaba una meaita en el baño del terminal, y con la Mirra perdimos como dos horas explicando que carajo era, porque ni siquiera nosotros estamos seguros.
El problema empezó con Melchor. Por que, mira, si es duro ser árabe. Imagínate ser árabe y negro. Cada vez que Melchor entra en una tienda lo miran como si fuese a robarse algo, y después explotar el sitio en pedazos. Menos mal que aquí no hay prejuicios. Trataremos de no desviarnos. El asunto es que detienen a Melchor para preguntarle pendejases como, por ejemplo, si viaja solo o acompañado. -"Viajo solo. Es que da la casualidad que estos dos tipos compran en la misma tienda de ropa que yo" contestó el muy chistoso pendejo. Intervenimos diciendo que éramos amigos. Entonces le preguntaron a Melchor por nuestros nombres, y el muy cabrón nos confundió. Hasta él enreda cuál es Gaspar y cuál es Baltasar. Entonces Melchor comienza su discurso de que seguramente Santa no pasa estos problemas, que claro, es americano y blanco, ya sabes, toda una jodía letanía.
No debimos dejarle comprar aquella botella de licor en el "duty free". Pero fue Gaspar quien metió la pata. Él quiso demostrar que representábamos el espíritu de la Navidad, y decidió cantar un tema navideño local para animar a todos los presentes. Pudo haber cantado del lechón que muere de repente, sobre la botellita que no tiene tapita, o la jodía paloma para subir a su nido. Pero no. El muy cabrón de pronto grita: "¡Bomba!" Y aquí fue donde se jodío la cosa..... Se formó un crical de tal magnitud que tal parecía que habían anunciado un posible paro de gasolina. Todo el mundo se puso a correr histérico. Dieron un anuncio y cerraron el aeropuerto. Nos hicieron una inspección completa, bien completa y dolorosa. Hasta dentro del culo nos chequearon. Entonces me encontraron unas frutas que no había reportado a agricultura y yo también me jodí. Eso, puñeta, es culpa de ustedes que no nos dejan algo decente para comer. Ahora estamos bien jodíos en la cárcel.
Espero que comprendas. Otro año será!
Felicidades!,
Los tres Reyes Magos
Melchor, Gaspar y Baltasar
Amiguito boricua:
Te escribimos los Tres Reyes Magos. Por lo general eres tú quien nos dejas cartas en la víspera de nuestra celebración, pidiendo como siempre, en el último momento, los regalos que deseabas que el gordo pendejo de Santa Claus te trajera pero que no aparecieron a la mañana siguiente.
Esos somos nosotros, las jodías sobras. Y otra cosa: ¿te sabes al menos el nombre de uno de los venados de Santa? (apuesto que "Rudolph"), pero jamás has presentado interés en conocer el nombre de nuestros camellos (por si acaso: Tony, Paquito y Noel).
Pero, como sea, venimos a traerte juguetes y regalos con mucho amor. A cambio, nos dejas tres pendejas cajas de hierba. ¿Carajo.... Acaso no crees que los camellos pueden comer directamente de tu patio? Todos están obsesionados con alimentar a los jodíos camellos, y nosotros, los Reyes, que nos jodamos. Tenemos que comernos las sobras que dejaron de la fiesta de vísperas.
Al gordo culón y barrigón les dejan galletas y, nosotros, para que nos marquen de tercermundistas, nos dejan la mierda de hierba esa. Pero, ese no es el motivo de esta carta. Queremos advertirte que no podremos visitarte el próximo año porque estamos en prisión.
El problema ocurrió en el aeropuerto. Sabes que no tenemos trineo ni venados voladores, sino tres viejos camellos cuyos nombres espero hayas aprendido. Los camellos viajan por barco y nosotros por avión. Esta vez llegamos con bastante antelación, pues todos los años es un jodío pugilato bregar con aduana, y como no entendíamos el jodío horario de vacaciones del gobierno, pues nos presentamos con bastante tiempo. Pero no pudimos abandonar el cabrón aeropuerto. Desde hace unos años, se nos ha hecho la cosa dura para nosotros los árabes. El Incienso nos lo confiscaron, el Oro se lo robaron mientras Baltasar echaba una meaita en el baño del terminal, y con la Mirra perdimos como dos horas explicando que carajo era, porque ni siquiera nosotros estamos seguros.
El problema empezó con Melchor. Por que, mira, si es duro ser árabe. Imagínate ser árabe y negro. Cada vez que Melchor entra en una tienda lo miran como si fuese a robarse algo, y después explotar el sitio en pedazos. Menos mal que aquí no hay prejuicios. Trataremos de no desviarnos. El asunto es que detienen a Melchor para preguntarle pendejases como, por ejemplo, si viaja solo o acompañado. -"Viajo solo. Es que da la casualidad que estos dos tipos compran en la misma tienda de ropa que yo" contestó el muy chistoso pendejo. Intervenimos diciendo que éramos amigos. Entonces le preguntaron a Melchor por nuestros nombres, y el muy cabrón nos confundió. Hasta él enreda cuál es Gaspar y cuál es Baltasar. Entonces Melchor comienza su discurso de que seguramente Santa no pasa estos problemas, que claro, es americano y blanco, ya sabes, toda una jodía letanía.
No debimos dejarle comprar aquella botella de licor en el "duty free". Pero fue Gaspar quien metió la pata. Él quiso demostrar que representábamos el espíritu de la Navidad, y decidió cantar un tema navideño local para animar a todos los presentes. Pudo haber cantado del lechón que muere de repente, sobre la botellita que no tiene tapita, o la jodía paloma para subir a su nido. Pero no. El muy cabrón de pronto grita: "¡Bomba!" Y aquí fue donde se jodío la cosa..... Se formó un crical de tal magnitud que tal parecía que habían anunciado un posible paro de gasolina. Todo el mundo se puso a correr histérico. Dieron un anuncio y cerraron el aeropuerto. Nos hicieron una inspección completa, bien completa y dolorosa. Hasta dentro del culo nos chequearon. Entonces me encontraron unas frutas que no había reportado a agricultura y yo también me jodí. Eso, puñeta, es culpa de ustedes que no nos dejan algo decente para comer. Ahora estamos bien jodíos en la cárcel.
Espero que comprendas. Otro año será!
Felicidades!,
Los tres Reyes Magos
Melchor, Gaspar y Baltasar
Te recomiendo que escuches (si no lo haz hecho todavía) el tema musical Carta a Santa Claus del trovador Frank Delgado.
ResponderBorrarSaludos.
Gracias Dolcka. Lo buscaré.
ResponderBorrar¡Sí, sí! Pero seguro Edwin, que has celebrado eso tan culturalmente horrible llamado Halloween. Con tus niñas, con tus calabazas, te habrás disfrazado de bruja y hasta habrás pretendido volar con la escoba pero no lo conseguiste por culpa de tu sobrepeso y porque no encontraste cantidades ingentes de estramonio para frotar la gran extensión de tus partes pudendas...
ResponderBorrarEstoy aburrido y sin nada que hacer, llueve en una tarde triste de otoño, "asín" que me puse a mirar al tal Frank Delgado y... Bueno, gracias a él, he sabido que su canción está basada en un email que leyeron por la radio en duo Gomaespuma. Los detesto un poco, pero a veces tienen ocurrencias geniales, como la última: como eligió el bobo solemne Zapatero al candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid para las próximas elecciones.
ResponderBorrarOs sugiero que escuchéis, quizá haya aquí alguna.
http://www.telepolis.com/cgi-bin/web/DISTRITODOCVIEW?url=/atodaradio/doc/archison/lomejgom.htm
Damianca:
ResponderBorrarLo siento por ti pero el sobrepeso ya no es un gran issue pues he perdido la mayoría. Pronto estaré en forma griega, si sigo a este paso. Bueno, quizás no tanto.
Celebro Halloween por que me atrae la idea de celebrar un rito completamente pagano y que, contrario a lo que piensan muchos, no fue inventado por los gringos. Claro, que en realidad lo celebro porque los comercios y la publicidad me arrastran y me obligan a disfrazar a mis hijas de princesas. Que cuando sean adolescentes se vestirán de amazonas, o de demonias, o femmes fatales. La vida Damianca, la vida.
¡¡Te pillé!! Edwin, te pillé... En efecto, Halloween no lo inventaron los yanquis, peor, lo reinventaron. No creas, en este aspecto, por aquí también se cuecen habas, y... a calderadas. Con los Reyes Magos, Papá Noel, el día de la madre, el del padre, San Valentín, Sant Donis, Sant Jordi, etc. vamos bien servidos...
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