Se anuncia en estos días por la televisión local la presentación de un programa llamado “Sin tetas no hay paraíso”, basado en el libro homónimo de Gustavo Bolívar. Sin embargo en lugar de “tetas” escuchamos un bip de censura, un sonidito que tapa al otro para proteger nuestros oídos de la palabra agresora. En otro anuncio sustituyeron la palabra de cuatro letras por “teclas”: “Sin teclas no hay paraíso”, que podría ser el título de una tragedia sobre un pianista consumado al que le han robado el piano.
Les hablaba a mis estudiantes sobre la clonación de la oveja Dolly y lo significativo de que el ADN que fue insertado en un óvulo sin núcleo provino de una célula de teta de oveja. No dije “tecla de oveja” y mucho menos “senos de oveja”. Lo dije natural y nadie se sorprendió con la palabra. Y lo dije en una Universidad sita en las montañas de la Sierra de Cayey, donde se yerguen majestuosas al sur las famosas "Tetas de Cayey".
No sé si alguien ha estudiado este fenómeno de la hipocresía linguística, que seguramente se da en todo el mundo. Me apena no poder decir bicho para referirme a un insecto, como hace el resto del mundo hispanoparlante. Y es interesante ver las reacciones de los que escuchan la palabra en las novelas mexicanas que invaden nuestras ondas de transmisión televisiva. En Puerto Rico se le dice bicho al órgano sexual masculino. Ahora que lo pienso debimos escoger una palabra menos insignificante que la de un insecto. Porque no creo que Dios haya dotado a los hombres puertorriqueños con una cuota menor que la que les correspondía para el referido apéndice.
Sé que hay lugares en América Latina donde no se puede decir concha, pues se refiere al órgano sexual femenino. En Puerto Rico, y en España también, una concha es lo que es, una cubierta de carbonato de calcio de algún animal marino. Hasta teníamos un Hotel la Concha. ¿Y qué de la actriz cubano-venezolana María Conchita Alonso? ¿O es que los padres juzgaron que la tenía demasiado pequeña?
En esta censura mediática de una palabra inocua hay que juzgar qué es más obsceno: ¿el video en la misma emisora donde se ve a un policía linchando a un civil inocente, la lectura de primera plana en un periódico anunciando que un padre invitó a un vecino a violar a sus dos hijitas y un bebé de un año al que sodomizaron, o las turbas políticas de un mismo partido agrediéndose frente a las cámaras?
Hago esta reflexión porque hay palabras que tenemos que rescatar de las garras de los moralistas hipócritas que nos rodean. No predico el lenguaje obsceno ni soez. No todo es libremente pronunciable, lo reconozco. Pero que me dejen las tetas quietas.
Edwin Vázquez
Les hablaba a mis estudiantes sobre la clonación de la oveja Dolly y lo significativo de que el ADN que fue insertado en un óvulo sin núcleo provino de una célula de teta de oveja. No dije “tecla de oveja” y mucho menos “senos de oveja”. Lo dije natural y nadie se sorprendió con la palabra. Y lo dije en una Universidad sita en las montañas de la Sierra de Cayey, donde se yerguen majestuosas al sur las famosas "Tetas de Cayey".
No sé si alguien ha estudiado este fenómeno de la hipocresía linguística, que seguramente se da en todo el mundo. Me apena no poder decir bicho para referirme a un insecto, como hace el resto del mundo hispanoparlante. Y es interesante ver las reacciones de los que escuchan la palabra en las novelas mexicanas que invaden nuestras ondas de transmisión televisiva. En Puerto Rico se le dice bicho al órgano sexual masculino. Ahora que lo pienso debimos escoger una palabra menos insignificante que la de un insecto. Porque no creo que Dios haya dotado a los hombres puertorriqueños con una cuota menor que la que les correspondía para el referido apéndice.
Sé que hay lugares en América Latina donde no se puede decir concha, pues se refiere al órgano sexual femenino. En Puerto Rico, y en España también, una concha es lo que es, una cubierta de carbonato de calcio de algún animal marino. Hasta teníamos un Hotel la Concha. ¿Y qué de la actriz cubano-venezolana María Conchita Alonso? ¿O es que los padres juzgaron que la tenía demasiado pequeña?
En esta censura mediática de una palabra inocua hay que juzgar qué es más obsceno: ¿el video en la misma emisora donde se ve a un policía linchando a un civil inocente, la lectura de primera plana en un periódico anunciando que un padre invitó a un vecino a violar a sus dos hijitas y un bebé de un año al que sodomizaron, o las turbas políticas de un mismo partido agrediéndose frente a las cámaras?
Hago esta reflexión porque hay palabras que tenemos que rescatar de las garras de los moralistas hipócritas que nos rodean. No predico el lenguaje obsceno ni soez. No todo es libremente pronunciable, lo reconozco. Pero que me dejen las tetas quietas.
Edwin Vázquez
Tendrá que ser por temor a las multas de la FCC gringa. Habrá que preguntarse hasta dónde molestan más los bips que las "palabrotas"...
ResponderBorrarLa FCC...interesante posibilidad. Me pregunto si la FCC permitiría decir "las tetas de la vaca" pero no "las tetas de María".
ResponderBorrarlas tetas aun son de cayey? no son de salinas?
ResponderBorrartetas, tetas, tetas, tienes toda la razon, cual es el problema. ademas, es una palabra aceptada para referirse a las mamas, de la MISMA manera que senos.
ResponderBorrartotal, que en la vida cotidiana se escuchn cosas REALEMNTE insultantes, que de insultante puede ser nombrar algo por su nombre? TETAS, TETAS, TETAS.
No es un insulto, no es una amenaza, no humilla a nadie, entonces, que de "mala palabra" tiene?
Oye, Edwin, quizas puedes enviarle el documento al canal televisivo o tal vez a algun periodico, quizas te hagan caso, uno nunca sabe.
Me encanta tu forma de pensar... yo tambien pienso que eso de sensurar "tetas" es algo como para hacerlo un tanto mas "prohibido" o un tanto "jar coar" para llamar mas la atencion (buscar reitin)
ResponderBorrarHablando de el hotel La Concha... que escandalo se habra formao' en Argentina cuando Libertad Lamarque vino a cantar a La Concha...
Anibal Y. Lopez Correa:
Las tetas de cayey ya no son ni de cayey ni de salinas... ahora son de morovis...
LA EVIDENCIA:
http://morovis.gov.pr/images/morovispr2_11.gif
Segun tengo entendido las Tetas son de Salinas, ya que se encuentran en esta area, solo que no llevan su nombre, pero se le puso asi pues me imagino que el que las encontro era de Cayey!!!... y pues le puso asi.
ResponderBorrarEl barrio Cuyon donde estan las "tetas" pertenece a Aibonito
ResponderBorrarAnónimo:
ResponderBorrarSi acaso a Aibonito le tocará un pezón.
que relevancia tiene en que pueblo estan las dos motan~as esas??? Son de Puerto Rico y se acabo. con eso basta para que sean de todos, o carecemos por completo de patriotismo y COMpatritismo???
ResponderBorrarLas tetas son de Salinas, mi gente. Ya los de Cayey han aprendido a conformarse con el nombre, y los de Aibonito no tienen nada que buscar. Pero los de Morovis sí que están bien perdido je,je.
ResponderBorrarEdwin, excelente tema!!! Hasta donde tengo entendido son de Salinas...
ResponderBorrarMe encanta hablar de tetas, más cuando soy fiel defensora de la lactancia materna. Desde las antiguas civilizaciones la teta ha sido el elemento más importante en la crianza, el apego, el enlace entre un infante y su madre. Y ni hablar de los animales mamíferos. Cuántas cosas hermosas encierra la maravillosa palabra TETA, tantas propiedades nutritivas que tiene la leche de teta, y lamentablemente lo que la mayoría de las personas piensan cuando la escuchan es algo obsceno o simplemente sexual. Que VIVA LA TETA!!!
ALELUYA ROCÍO. ¡QUE VIVAN!
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