A los que no entiendan matemática básica les voy a dar, con mucho respeto, una lección. Tras las primarias demócratas en Oregon y Kentucky la situación es la siguiente:
Barack Obama: 1956 delegados comprometidos ; necesita 70 para ganar la nominación.
Hillary Clinton: 1776 delegados comprometidos ; necesita 250 para ganar la nominación
Lección número uno:
No hay forma matemática de que Hillary, con las tres primarias que quedan, logre 257 delegados. Además eso incluye a los superdelegados que están pegándose a Obama como náufragos a una balsa.
Lección número dos:
La primaria presidencial en Puerto Rico es una ridiculez, un abuso civil, y un despilfarro de fondos públicos. Los interesados deben hacer un caucus y repartir los delegados. Que se vayan a El Cuñao, en Cayey, y entre cueritos de cerdo y buena gandinga decidan cómo repartir los sesenta y pico de delegados. Si quieren de verdad tener un efecto, que se los den todos a Obama y que los 2.6 millones de dólares que nos ahorraremos se los den a los pobres de Puerto Rico en forma de un cheque para incentivar la economía (aunque sea a $10.00 por cabeza). O los pueden usar para arreglar los sanitarios de las escuelas públicas del país.
Lección número tres:
Si usted sale el 1 de junio a votar en la primaria esa usted es parte de la corrupción de este gobierno que despilfarra dinero en cosas sin sentido. ¿Votará usted por un candidato en primarias por el cual nbo podrá votar en noviembre en las elecciones? Mándele un mensaje a Prats, McKlintock et al.: quédese en su casa (y no respete la ley seca ese día).
Barack Obama: 1956 delegados comprometidos ; necesita 70 para ganar la nominación.
Hillary Clinton: 1776 delegados comprometidos ; necesita 250 para ganar la nominación
Lección número uno:
No hay forma matemática de que Hillary, con las tres primarias que quedan, logre 257 delegados. Además eso incluye a los superdelegados que están pegándose a Obama como náufragos a una balsa.
Lección número dos:
La primaria presidencial en Puerto Rico es una ridiculez, un abuso civil, y un despilfarro de fondos públicos. Los interesados deben hacer un caucus y repartir los delegados. Que se vayan a El Cuñao, en Cayey, y entre cueritos de cerdo y buena gandinga decidan cómo repartir los sesenta y pico de delegados. Si quieren de verdad tener un efecto, que se los den todos a Obama y que los 2.6 millones de dólares que nos ahorraremos se los den a los pobres de Puerto Rico en forma de un cheque para incentivar la economía (aunque sea a $10.00 por cabeza). O los pueden usar para arreglar los sanitarios de las escuelas públicas del país.
Lección número tres:
Si usted sale el 1 de junio a votar en la primaria esa usted es parte de la corrupción de este gobierno que despilfarra dinero en cosas sin sentido. ¿Votará usted por un candidato en primarias por el cual nbo podrá votar en noviembre en las elecciones? Mándele un mensaje a Prats, McKlintock et al.: quédese en su casa (y no respete la ley seca ese día).
Luis Bonafoux fue un importante columnista de la prensa española en torno a 1898. Nació en Puerto Rico, hijo de francés y venezolana, pero toda su vida se consideró y sintió español. Vivió casi siempre en el exilio más que por razones políticas para poner tierra de por medio con aquellos que, lógicamente ofendidos por sus abruptas opiniones, le exigían reparación de su honor batiéndose en duelo. Fue amado y odiado a partes iguales y con desmesura. No tuvo compasión con Cánovas del Castillo, ni con Martínez Campos, o Weyler y también le dio lo suyo al arzobispo de Manila, anticipando el desastre de Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. De Francisco Romero Robledo escribió que había contagiado a su esposa una sífilis letal, y al juez que le procesó a instancia del ofendido le dedicó esta cuarteta:
ResponderBorrarA don Manuel Valle y Llano
juez de la más ruin calaña
no hay habitante en España
que no le dé por el ano.
Su primer exilio discurrió en París donde fue corresponsal del Heraldo de Madrid, que publicó una crónica sobre el culo de la reina de Bélgica. El gobierno belga exigió su expulsión, y abandonó Asniers (era conocido como La víbora de Asniers), el pueblecito cercano a París donde vivía con su esposa española y sus hijos, camino de su último exilio en Londres.
Edwin tú eres una novicia .
Hablando de otra cosa, a tu amigo Steve Ballmer le cayó ayer una lluvia de huevos en Budapest