viernes, 23 de noviembre de 2012

Mi primer microcuento: Viernes Negro en Joyo Alto

Aquel Viernes Negro, segundos después de las doce de la madrugada, abrieron las puertas de la pequeña iglesia de Joyo Alto. Regalarían besos, te quieros y hasta palmaditas en los hombros para el que las necesitara.

Pero nadie llegó. 

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