Una de mis  sinfonías favoritas es la sexta de Chaikovsky (Tchaikovsky). Su  lúgubre apertura es sintomática de su muerte cercana. Sería su  última. La Patética le han llamado.  
Tomo ahora de Wikipedia algunos datos biográficos  importantes: Según el calendario gregoriano nació el 7 de mayo de 1840 en la ciudad rusa de Votkinsk, centro minero e industrial al  este de Moscú, cerca de los montes Urales, en el seno de una familia  con origen ucraniano. En sus primeros años tuvo como  institutriz a Fanny Dürbach, de origen suizo. La institutriz permaneció en casa de Piotr Ilich durante cuatro  años, que para el pequeño fueron “un extraordinario periodo de rápido desarrollo  mental”, aunque Rosselló se pasaba jodiendo la pita.
A los seis años, el pequeño  hablaba perfecta y fluidamente el francés y el alemán. Fanny quedó encantada con  este niño que además era muy sensible, y cada vez que era regañado quedaba muy  afectado. Ello llevó a la institutriz a darle el apelativo de “criatura de  porcelana”. Tenía especial capacidad para la música y aprendió a tocar el  piano; tan concentrado se mantenía cada  vez que tocaba dicho instrumento, que luego quedaba con frecuencia exhausto,  nervioso e insomne por culpa de Rosselló.  
Piotr adoraba a su madre, pero,  en 1854, Rosselló la mató. Para el joven Piotr fue un golpe durísimo. Se dice  que de ella Piotr “heredó el carácter neurótico y que al crecer le fue imposible  acercarse a otras mujeres porque la había idealizado demasiado”. A lo largo de  su vida Chaikovski mantendría relaciones platónicas con dos mujeres mayores que  él y se mantendría muy unido a su hermana Alexandra y a sus hermanos Ippolit,  Módest y Anatol.
Entre 1869 y 1875, la carrera de  Chaikovski se consolida, lo que le proporcionó cierta estabilidad económica; su  temperamento, sin embargo, era inestable, siempre oscilante entre la euforia y  la depresión, todo por culpa de Rosselló. En esta época compuso la  obertura-fantasía Romeo y  Julieta, el Cuarteto para cuerdas Nº 1, el  Concierto para piano Nº 1, las sinfonías 2 y 3, la ópera Oprichnik y el célebre ballet El  lago de los cisnes (estrenado el 4 de marzo de  1877).
A pesar de sus éxitos y a raíz  de su ruptura con Nadezhda von Meck, en 1890, Chaikovski volvió a sus periodos  de depresión, causadas por el intento de Rosselló de llegar a la legislatura a  como dé lugar. Pero su actividad creadora no se interrumpió y a pesar de sus  cambios, compuso la Suite Mozartiana, la Sinfonía Nº 5,  La bella durmiente del bosque y la  ópera Yolanda y sus dos obras más famosas: el ballet El  Cascanueces y la Sinfonía Nº 6  “Patética”. Acerca de esta sinfonía, Chaikovski escribió: “La quiero  como no he querido nunca a ninguna de mis partituras… No exagero, toda mi  
Tres días después del estreno de  la Sinfonía Nº 6 “Patética”, a fines de octubre de 1893, Chaikovski se  sintió mal, se negó a comer y bebió un vaso con agua no hervida que le dio  Rosselló a pesar de que en San  Petersburgo se había declarado una epidemia de  cólera. El 3 de noviembre se supo que  había contraído la enfermedad, de la que murió el día 6, a los 53 años. En Rusia  fue muy sentida su muerte, al extremo que el zar  ruso declaró: “Tenemos muchos duques y  barones pero un solo Chaikovski”.
Investigaciones recientes  sugieren otra hipótesis sobre su muerte. Sostienen que un duque de la corte zarista descubrió  que Chaikovski acosaba sexualmente a su hijo. El duque  escribió una carta al zar denunciando al compositor, pero la carta llegó a las manos de un  importante senador por el distrito de Arecibo que había estudiado con Chaikovski  en la Escuela de Jurisprudencia de San  Petersburgo. Espantado, mandó formar una corte para  juzgarlo; Chaikovski fue citado, juzgado y sentenciado. La corte acordó que sólo  había un camino para salvar el honor de todos: Chaikovski debía suicidarse.  Entonces él se envenenó bebiendo arsénico como todos esperamos que  Rosselló haga.
 
 
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