El Partido Independista Puertorriqueño, PIP, anunció que no acudiría al saludo protocolar que ofrece el gobernador de Puerto Rico en la Fortaleza todos los años. No es que sea importante, ya que este saludito lo instauraron los gobernantes militares norteamericanos el siglo pasado para que los nativos les rindieran pleitesía. Pero es cómico que un partido que perdió su franquicia electoral en las pasadas elecciones, y que le ha hecho tanto daño a la lucha por la independencia de Puerto Rico al rechazar la unión con los demás movimientos independentistas de la isla, se crea tan importante como para anunciar que no le darán la mano al gobernador de Puerto Rico. O sea, sus dos legisladores, María de Lourdes Santiago en el Senado y Víctor García San Inocencio en la Cámara no disfrutarán de los piscolabis que tanto ponen a salivar al San Inocencio. Gran cosa. Mientras tanto nosotros, los contribuyentes de Puerto Rico, seguimos financiando el kiosko que Rubén Berríos ha montado en la Legislatura. El PIP, el partidito, el PIPI.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Opina aquí