La imagen que tengo fija en la mente del 11 de septiembre del 2001 fue la cara de imbécil de George Bush cuando le informaron en una escuela de Florida que las torres del Word Trade Center habían sido atacadas. He aquí un presidente al que se la había dado información clara y precisa de que Al Qaeda estaba preparando un ataque masivo que podría involucrar secuestros de aviones. Además poco antes las embajadas nortemaericanas en el Tanzania y Kenya habían sido bombardeadas y el barco acorazado USS Cole por poco es hundido frente a las costas de Yemen. Y mientras Bush leía un libro con una estudiante de elemental vimos por la televisión cómo su ayudante Andrew Card le susurró algo al oído a Bush.
Tengo orgasmos mentales imaginando cosas que, aunque no fueron las que le dijo el Card a Bush, fueron las que me excitan pensar que le dijo. “Perdone que lo interrumpa Señor Presidente, sé que está disfrutando del cuentito del Dr. Seuss, pero atacaron las Torres Gemelas”. O quizás le dijo”¿Recuerda cuando me preguntó si usted tenía cara de pendejo y le dije que no? Le mentí.” O acaso le dijo: “¿Recuerda al tipo ese Osama Bin Laden, que la CIA, el FBI y los servicios de inteligencia israelíes, británicos y de todo el mundo le dijeron que nos iba a atacar? Pues nos atacó”. O a lo mejor: “Atacaron a Nueva York y tenemos información de un ataque a Washington pero no se preocupe. Usted está en la Florida. Eso queda al sur. Mire este mapa, ¿ve?.”
Tengo orgasmos mentales imaginando cosas que, aunque no fueron las que le dijo el Card a Bush, fueron las que me excitan pensar que le dijo. “Perdone que lo interrumpa Señor Presidente, sé que está disfrutando del cuentito del Dr. Seuss, pero atacaron las Torres Gemelas”. O quizás le dijo”¿Recuerda cuando me preguntó si usted tenía cara de pendejo y le dije que no? Le mentí.” O acaso le dijo: “¿Recuerda al tipo ese Osama Bin Laden, que la CIA, el FBI y los servicios de inteligencia israelíes, británicos y de todo el mundo le dijeron que nos iba a atacar? Pues nos atacó”. O a lo mejor: “Atacaron a Nueva York y tenemos información de un ataque a Washington pero no se preocupe. Usted está en la Florida. Eso queda al sur. Mire este mapa, ¿ve?.”
Poco antes del ataque estaba en el baño preparándome para irme a trabajar. Tenía el televisor de la sala a todo volumen porque mi rutina mañanera incluía escuchar las noticias en CNN. Me afeitaba cuando escuché a los reporteros diciendo incoherencias. Fui a la sala, la crema de afeitar en la cara, y me quedé congelado frente al televisor por una hora. Yo había estado en una de aquellas torres. Había comido allí con una amiga. Había pasado varias veces frente a ellas para visitar a un familiar.
La mayor victoria militar de Bush fue derrotar a los talibanes y sacarlos del poder en Afganistán en cuestión de semanas. El mayor error militar de Bush fue no quedarse con toda la fuerza de la nación más poderosa del mundo allí, donde estaba Osama. En cambio, invadieron a Irak y sacaron a Saddam del poder que, no sólo no tenía nada que ver con los ataques del 11 de septiembre sino que detestaba a Osama. De esta forma, los Estados Unidos destinaron la mayor parte de sus recursos militares a Irak mientras Osama se fortalecía, y aún se fortalece, en Afganistán. Recientemente se ha anunciado que los talibanes han ganado el control de varias provincias al sur de Afganistán. Y se mueven hacia el norte.
Mientras tanto, Osama planifica, o quizás ya ha ordenado, un ataque peor que el del 11 de septiembre contra los Estados Unidos. Cinco años después está el mismo presidente. Y cuando venga la hecatombe y se lo informen pondrá la misma cara de pendejo. Es que no tiene otra.
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