Una novela cibernética por Edwin Vázquez
Lea el capítulo 1 más abajo
Capítulo 2: Llámenme Ismael
Osopeludo23 llegó cansado a su casa. Uno de esos días de poca productividad física pero de mucho estrés en el trabajo. Se conectó rápidamente para cotejar su nueva creación. Bienvenido a mi Infierno. No podía dejar de maravillarse de su golpe de creatividad. Estaba encerrado en su cuarto. Relamiéndose. De pronto una de las nenas tocó a su puerta. Minimizó la pantalla y le habló palabras hermosas. Sus hijas eran su tesoro. Le explicó que papá estaba trabajando, le dio un beso y la despidió. Maximizó la pantalla nuevamente y, movido por el desprecio, escribió otro post mientras se comía unas galletas. Las migajas salpicaban el teclado mientras hablaba para sí mismo.
En otro lugar X llegó igualmente cansado. E igualmente, luego de los besos de rigor a sus hijas y esposa se conectó a la Internet. Cotejó nuevamente su correo y ahí estaba el mensaje. Anónimo, por supuesto. Otra sonrisa malvada. Cliqueó sobre el contador de visitas invisibles que tiene en su blog y anotó con cierto aburrimiento el IP de las computadoras de las personas que accedieron su página al mismo tiempo que le dejaron el mensaje anónimo. Ese y los demás mensajes.
Recordó la última vez que le había sucedido algo parecido. Con las técnicas más rudimentarias logró rastrear al idiota de turno hasta el punto de conseguir su dirección física. Su número de teléfono. Su nick era Moncho Arzuaga. Lo contactó. Decidió no tomar acción legal por que el tipo se embarró en los pantalones. Pero esta vez sería diferente. Asunto de diversión. Tenía ganas de ver a un imbécil perderlo todo. Ahora era una misión. Lo haría con la paciencia de los depredadores de la selva. Pero cuando llegara el momento no tendría piedad.
Se acostó y miró los libros sobre su mesita de noche. "Guns, Germs and Steel". "The Tenth Man". "Caravaggio". "Cowboys del Infierno". Pero esa noche le apetecía otro. La historia de un hombre que enloqueció por su obsesión contra otro ser. Fue a su biblioteca y agarró la copia gastada. Moby Dick, de Herman Melville. Y aquella célebre primera frase de la literatura universal: "Llámenme Ismael"...
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Capítulo 2: Llámenme Ismael
Osopeludo23 llegó cansado a su casa. Uno de esos días de poca productividad física pero de mucho estrés en el trabajo. Se conectó rápidamente para cotejar su nueva creación. Bienvenido a mi Infierno. No podía dejar de maravillarse de su golpe de creatividad. Estaba encerrado en su cuarto. Relamiéndose. De pronto una de las nenas tocó a su puerta. Minimizó la pantalla y le habló palabras hermosas. Sus hijas eran su tesoro. Le explicó que papá estaba trabajando, le dio un beso y la despidió. Maximizó la pantalla nuevamente y, movido por el desprecio, escribió otro post mientras se comía unas galletas. Las migajas salpicaban el teclado mientras hablaba para sí mismo.
En otro lugar X llegó igualmente cansado. E igualmente, luego de los besos de rigor a sus hijas y esposa se conectó a la Internet. Cotejó nuevamente su correo y ahí estaba el mensaje. Anónimo, por supuesto. Otra sonrisa malvada. Cliqueó sobre el contador de visitas invisibles que tiene en su blog y anotó con cierto aburrimiento el IP de las computadoras de las personas que accedieron su página al mismo tiempo que le dejaron el mensaje anónimo. Ese y los demás mensajes.
Recordó la última vez que le había sucedido algo parecido. Con las técnicas más rudimentarias logró rastrear al idiota de turno hasta el punto de conseguir su dirección física. Su número de teléfono. Su nick era Moncho Arzuaga. Lo contactó. Decidió no tomar acción legal por que el tipo se embarró en los pantalones. Pero esta vez sería diferente. Asunto de diversión. Tenía ganas de ver a un imbécil perderlo todo. Ahora era una misión. Lo haría con la paciencia de los depredadores de la selva. Pero cuando llegara el momento no tendría piedad.
Se acostó y miró los libros sobre su mesita de noche. "Guns, Germs and Steel". "The Tenth Man". "Caravaggio". "Cowboys del Infierno". Pero esa noche le apetecía otro. La historia de un hombre que enloqueció por su obsesión contra otro ser. Fue a su biblioteca y agarró la copia gastada. Moby Dick, de Herman Melville. Y aquella célebre primera frase de la literatura universal: "Llámenme Ismael"...
Saludos Edwin. Hace años no te mandaba un saludito pero por aquí estoy. ¿Cómo están las nenas? Te seguiré leyendo.
ResponderBorrarYoly.
Anónimo:
ResponderBorrarMe haces reir. Estás picando tan pero tan fuera del hoyo. Ya he sido informada de todo y sólo puedo reirme.
Esto se pone interesante, muy interesante... ya estoy jukea. Habra que hacer t shirts de oso peludo tmb...
ResponderBorrarWowwwwwwwwwwwww !!! Sencillamente espectacular! ,,, Si decidis lanzarlo a la pantalla grande no mas me llamas pa ser tu representante jejeje ;)
ResponderBorrarNice blog!
ResponderBorrarSexo:
ResponderBorrarNice try!