Aníbal Acevedo Vilá Saldrá Inocente

Cuando el gran tsunami atacó a Sumatra el 26 de diciembre del 2004 arrasó con todo a su paso. A miles de millas del lugar, en Sri Lanka, agricultores tamiles cultivaban la tierra cerca de la costa. Faltaban muchas horas antes de que las grandes olas rebotaran contras sus costas al sur de la India. Aún así algo fuera de los sentidos biológicos obvios hizo que decenas de aquellos agricultores detuvieran de pronto sus labores, soltaran sus herramientas y echaran a correr hacia los montes. Salvaron sus vidas a través de un sentido no descrito. O a lo mejor, y más probablemente, a través de la integración de la información que les llegó súbita a través de los cinco sentidos. Quién sabe si escucharon ruidos extraños de las aves, si vieron un tono de azul distinto en el océano al horizonte, si algún viento lejano les trajo un extraño sabor a sal. E inconcientemente vino la orden: ¡corran!.

He seguido con interés el caso de las supuestas acusaciones del Departamento de Justicia Federal y del FBI contra el gobernador de Puerto Rico. He leído, escuchado y escrito sobre el tema. Aquí hay una obvia intervención ilegal de los federales en contra de la democracia puertorriqueña. Si les cabe duda pregúntense cuándo y cuántas veces el FBI investigó al ex gobernador Pedro Rosselló, bajo cuya incumbencia fueron saqueadas las arcas del gobierno de Puerto Rico.

Hoy me he sentido tamil. No sé lo que hacía ni lo que miraba pero me llegó el convencimiento de súbito. No sé si me llegaron vientos salados de los mares de Indonesia o escuché algún ruido extraño de un ave. El gobernador no será acusado de nada y saldrá más fuerte que nunca de este atropello federal contra el pueblo de Puerto Rico. Por que no se trata de si él es del PPD, o colonialista, o marciano. Es que es el gobernador legítimamente elegido por el pueblo de Puerto Rico. Hasta Rodríguez Zapatero lo estaría defendiendo. Y Su Majestad el Rey estaría mandando a callar a los federales.

Se acerca un tsunami. Pero chocará contra las costas menos preparadas y serán muchas las palmas arrasadas.