Publicó hoy martes El Nuevo Día el anuncio de la FDA que indica que algunos tomates podrían estar contaminados con Salmonella, una bacteria que puede causar hasta la muerte. Según el periodista Eugenio Hopgood Dávila, el anuncio se emitió ayer 9 de junio. Falso. El anuncio se emitió hace tres días, el 7 de junio. Lo sé porque estoy sucrito al RSS Feed de la Food and Drug Administration y porque estuve a punto de bloguear sobre el asunto dado mi amor por los tomates, de los que he escrito aquí. Ahora bien, lo que provoca este escrito no es señalar lo atrasado que suele estar El Nuevo Día (al igual que otros medios noticiosos) en sus reportajes sino reflexionar sobre la importancia de la forma en que está redactada esa noticia.
Presumamos que usted es un ávido consumidor de esa fruta (o vegetal, como quiera llamarle), y los compra a menudo. Ahora, alarmado por la noticia, la lee completa y descubre que allí señala qué estados y países venden tomates aptos para el consumo. Los apunta en una lista y se va al supermercado. Le pregunto: ¿qué va a hacer con esa información? ¿Se acercará a los tomates y les preguntará de dónde son? ¿Los reconocerá por su acento tomatil? -"Mira qué vaina, yo soy un tomate del Cibao"-le dirá el tomate dominicano.
Admito que algunos (muy pocos) supermercados ponen la procedencia de las frutas y vegetales. La mayoría no lo hace y a la mayoría de la gente no le importa. Lo lindo es que según el reportaje de Hopgood la Secretaria de Salud nos sugiere que preguntemos de dónde vienen los tomates en los en los lugares donde los compremos. ¿Acaso no es más fácil obligar a esa gente a poner un letrero que diga de dónde vienen los dichosos tomates? Yo no tengo tiempo para perder en esa estupidez. Que el gobierno prohíba la importación de esos lugares y ya. Yo me niego a hacer una fila donde el que está al frente me atrasa porque ha formado un fostró por que nos sabe de dónde son los tomatitos. ¿Por qué el gobierno no se encarga de proveernos esta información? Ellos son los que saben exáctamente de dónde vienen los dichosos tomates extranjeros.
Admito que algunos (muy pocos) supermercados ponen la procedencia de las frutas y vegetales. La mayoría no lo hace y a la mayoría de la gente no le importa. Lo lindo es que según el reportaje de Hopgood la Secretaria de Salud nos sugiere que preguntemos de dónde vienen los tomates en los en los lugares donde los compremos. ¿Acaso no es más fácil obligar a esa gente a poner un letrero que diga de dónde vienen los dichosos tomates? Yo no tengo tiempo para perder en esa estupidez. Que el gobierno prohíba la importación de esos lugares y ya. Yo me niego a hacer una fila donde el que está al frente me atrasa porque ha formado un fostró por que nos sabe de dónde son los tomatitos. ¿Por qué el gobierno no se encarga de proveernos esta información? Ellos son los que saben exáctamente de dónde vienen los dichosos tomates extranjeros.
Por si acaso le sugiero que no pierda el tiempo con la cajera. Mi experiencia es que muchas de ellas no saben la diferencia entre una malanga y una yautía. Y de los ñames ni se diga (la gente del blog homónimo debería tomar cartas en el asunto). Más de una vez me han preguntado a mí qué es lo que compré.
Pero por supuesto, para evitar confusión, El Nuevo Día le ha dado esta valiosa información.
En cuanto a los pegados en la rama le recomiendo que los despegue antes de pagar porque las ramas tienen peso y ocupan espacio.
Ya ven que mi recomendación de que preparen un huerto casero toma un significado adicional. No sólo por lo caros que están los tomates sino porque son más saludables.
Finalmente, como un servicio de Cargas y Descargas, y ya que El Nuevo Día no se tomó la molestia (por lo menos en su edición electrónica, no sé en la impresa) de simplemente googlear el asunto, les presento aquí los tomates que no se debe comer:
Pero por supuesto, para evitar confusión, El Nuevo Día le ha dado esta valiosa información.
Variedades que no se deben consumir: Los rojos redondos o los alargados de las variedades roma y ciruela. Entre ellos los ‘raw red plum’, ‘raw red Roma’, or ‘raw round red tomatoes’.Ahí está. Ya Doña Chencha está protegida. Gracias al curso de botánica avanzada bilingüe que tomó podrá entender lo que dice el periódico. Ahora sabrá que se debe alejar de los rojos redondos y buscar los rojos cuadrados o los verdes triangulares.
Se pueden consumir sin peligro:
* Las variedades de tomates pequeños conocidas como cherry o de uva.
* Los cultivados en huertos caseros y los que vienen pegados a la rama.
En cuanto a los pegados en la rama le recomiendo que los despegue antes de pagar porque las ramas tienen peso y ocupan espacio.
Ya ven que mi recomendación de que preparen un huerto casero toma un significado adicional. No sólo por lo caros que están los tomates sino porque son más saludables.
Finalmente, como un servicio de Cargas y Descargas, y ya que El Nuevo Día no se tomó la molestia (por lo menos en su edición electrónica, no sé en la impresa) de simplemente googlear el asunto, les presento aquí los tomates que no se debe comer:
El temido tomate asesino (Killer tomato)
ULTIMA HORA: Para aumentar nuestra esquizofrenia culinaria se nos informa del abortado ataque con un pollo-bomba. Cito a Associated Press:
Como pueden ver el pollo fue debidamente detonado. Hasta aquí llegó la cosa. Voy a criar mis propios pollos.SIMSBURY, Connecticut, EE.UU. — Las autoridades de Connecticut intentaban averiguar quién introdujo un artefacto explosivo en un pollo crudo y lo dejó en medio de un camino. El capitán de policía de Simsbury, Matthew Catania, dijo que un automovilista advirtió el pollo el lunes por la mañana, y que el artefacto era suficientemente fuerte para herir de gravedad a una persona. La policía cerró la ruta al tránsito y el departamento de explosivos detonó el pollo. No hubo heridos ni se informó de detenidos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Opina aquí