El huracán Omar nos dejó con una sensación de huracanus interruptus. Todo Puerto Rico estaba preparado para su llegada, como las familias que todavía van al aeropuerto a recibir a sus seres queridos que estuvieron una semana en Disney. A última hora, contra todo pronóstico, el huracán nos dejó plantados. He aquí algunas reflexiones sobre lo que sucedió ayer:
- La mayoría de los puertorriqueños nos preparamos adecuadamente para los huracanes, algunos más que otros. Esto contrasta con la mayoría de las islas caribeñas donde hay una gran cantidad de muertes ante estos fenómenos por la ineptitud de sus gobiernos en alertar a sus ciudadanos (e.g. Haití, República Dominicana). La excepción a esto es Cuba, que fue azotada recientemente por varios huracanes y los cubanos estuvieron listos todo el tiempo.
- Los medios noticiosos son sumamente irresponsables en informarle a la ciudadanía lo que está ocurriendo. Los micrófonos los abren de par en par a los que predican el desastre, el apocalipisis y casi no dejan hablar a las voces más serenas que predican que nos preparemos pero sin alarmarnos tanto. El lunes se nos informaba que el huracán iba a rajar a Puerto Rico por la mitad. El miércoles, cuando era obvio que el huracán estaba moviéndose hacia la derecha, algunos periodistas y pseudo meteorólogos insistían en que a lo mejor giraría otra vez hacia la izquierda (hacia el oeste). En este sentido admito que la meteoróloga Susan Soltero fue sumamente profesional y responsable cuando a eso de las 4:00 de la tarde dijo en Radio Isla que no esperáramos ni lluvia hoy jueves porque el huracán se había desviado. Luis Penchi, quien la entrevistaba, sonaba sumamente decepcionado.
- El gobierno tomó la decisión correcta en suspender labores al mediodía. En ese momento la información que teníamos era que pasaría por la costa este de Puerto Rico y que toda la mitad este de la isla, en una línea imaginaria de Dorado a Guayama, se vería afectado por lluvias torrenciales. La gente estaba tan alarmada que si no los dejaban ir como quiera no iban a trabajar por la preocupación. Y si todo el mundo salía a las 4 ó 5 pm de sus trabajos se iba a formar un tapón peor que el de La Guaracha del Macho Camacho. De igual forma tomó la decisión correcta al reabrir las agencias hoy.
- Mucha gente se afecta de forma patente ante los informes alarmistas de la prensa. Usted lo nota en las carreteras. Guían peor que lo usual, más desesperados, con menos precaución y en tono muy agresivo.
- Mucha gente no ha aprendido la lección sobre el mayor peligro de los huracanes. El mayor peligro no son los vientos, son las lluvias. Demasiada gente forra sus ventanas de paneles ante el improbable evento de que un objeto sea lanzado como un cohete por la ventana. La realidad es que con vientos huracanados cualquier objeto (e.g. una estaca de madera) que sea lanzado por el huracán cruzará el panel, la ventana y probablemente se incruste en el cemento al otro lado (por supuesto que si sus ventnas son de cristal debe cubrirlas). Por eso es que durante un huracán usted tiene que refugiarse con su familia en una parte de la casa donde no haya ventanas. La energía que gasta en poner paneles debería usarla para poner barreras (e.g. bolsas de arena o un material parecido) para proteger su casa de las escorrentías en caso de que esté en una zona inundable.
- Hay gente que no sólo vive del mantengo sino que son capaces de morir por él. En la televisión entrevistaban a un señor fornido y barrigón quejándose porque detrás de su casa había un canal tapado que los trabajadores del municipio no habían limpiado. Se quejaba porque si no lo limpiaban se le inundaría la casa. A ese parásito social no le había entrado por alguna neurona la idea de coger una pala y destapar el canal él mismo.
- Mucha gente no entiende el concepto de prepararse para un huracán. No es comprar comida que usted, en el curso normal de su vida, jamás comería. Cuando hablan de enlatados no se refieren a espaguetis exclusivamente. Y si usted tiene estufa de gas, como yo, no compre las malditas salchichas. Cocine como lo haría normalmente. Sólo la gente con estufas eléctricas deberían comprar los enlatados esos llenos de preservativos tóxicos. Y compre el equivalente de tres días, que es lo más, por mucho, que podría estar incomunicado en esta pequeña isla. Lo más probable es que al otro día del evento habrá supermercados abiertos.
- No confíe en los medios noticiosos. Ese es su negocio, tratar de que usted los escuche. Para ellos entre más alarmistas mejor. Si tiene acceso a la internet vaya a las fuentes primarias de información meteorológica, como el Centro Nacional de Huracanes . Y si va a escuchar el informe del tiempo escuche a meteorólogos certificados, como Ada Monzón y Susan Soltero. No todo el que da el informe del tiempo es un meteorólogo.
- El dinero de este mes no le va a dar a muchas familias porque sobregastaron en porquerías que no usarán. Apriétese el cinturón de gastos en lo que queda del mes.
- Algunas megatiendas, tiendas y colmados actuaron de forma criminal al subir los precios de muchos de sus artículos, poner en los estantes artículos expirados y cuanta porquería tenían en los almacenes pudriéndose porque no se vende. Ayer se vendieron. Menciono particularmente a la megacadena Walmart y a Sam's Club (que es otra empresa de Walmart). Varias de sus tiendas fueron multadas por el Departamento de Asuntos al Consumidor por cometer algunas de estas infracciones. Por supuesto lo seguirán haciendo pues la multa es de $10,000, cantidad que generan en minutos de ventas. Hay que recalcar, sin embargo, que no fueron sólo las megatiendas estadounidenses. Muchos colmaditos de esquina hicieron lo mismo. Al César lo que es del César.
- No se decepcione si el huracán no llegó. Le aseguro que vendrán otros y alguno nos rajará, tarde o temprano, por el mismo medio.
Muy buen post. Me alegro dijeras lo de las latas porque no entiendo ese afán por llenar la despensa de latas que a la larga tendrán que botar. ¿O habrá gente que piense que por ser latas duran toda la vida?
ResponderBorrarYo hago lo mismo que tú, no hago caso a los noticieros porque les encanta el drama y asustar. Tengo un mapa maravilloso desde hace años y enseguida pongo las coordenadas y empiezo a seguir la trayectoria. Aun con este huracán al revés pude ver que se había movido bien al este antes de que lo anunciaran. También cotejo el que tú recomiendas en el web pero me gusta más el mío..jeje
Ah, se te olvidó los que se dedican a beber alcohol para pasar el tiempo de espera.
Gracias Ivonne. Y no mencioné lo del alcohol porque habría sido hipócrita: yo tenía mi botellita de vino lista para cuando viniera Omar.
ResponderBorrarNo escuché a Susan diciendo eso a las 4 de la tarde, a la 1 mas o menos, estaba diciéndole a la gente que se guardaran en sus casos. Ella no me gusta dando el tiempo, es como histérica, aunque ha mejorado solo un poco, pero muy poco nada más. Por otro lado, muy buen post como siempre, sensato.
ResponderBorrarVroni:
ResponderBorrarGracias. Te admito que hasta las 3:59 pm Susan Soltero estaba bien abajo en mi lista de pitonisas climatológicas. Pero me conquistó al anunciar que hoy jueves no iba a caer una gota de lluvia en Puerto Rico.
La verdad que la meteorología no es una ciencia exacta y por eso no le creo a ninguno. Mejor lo sigo yo. Como yo tengo la filosofía determinista de que lo que va a pasar en el futuro ya está determinado desde el "Big Bang" y nada lo cambiará, porque ya existe en alguna parte del contínuo del espaciotiempo, no me preocupo. Lo que jode es la decepción de todos los estudiantes que querían el huracán para no coger clases. Con esa mentalidad nunca sacaremos los pies del plato.
ResponderBorrarRamón:
ResponderBorrarAparentemente el huracán afectó directamente a muchos huracanes (y a uno que otro profesor) porque el ausentismo, por lo menos en Cayey, fue grande.
El comentario anterior debió leer...afectó directamene a muchos estudiantes...
ResponderBorrarotra reflexion:
ResponderBorrar12. Anibal dijo otra mentira, dijo que el huracan vendria y no vino.
jajajajaja, sabes que es broma!
Perla:
ResponderBorrarHay que llamar a los federales para que le añadan ese cargo.