miércoles, 8 de abril de 2009

Las Culpas de Satanás

Últimamente tengo un taco formado en la garganta por Satanás. Ese pobre diablo ha sido acusado, vilipendiado y difamado por cuanta cosa mala pasa en este mundo. Parecería como si los humanos fuéramos incapaces de hacer maldad, y cuando la hacemos, debe ser porque se nos metió el diablo por dentro. Suya es la culpa. Por su culpa, por su culpa, por su gran culpa.

El ejemplo más reciente es el de Jomar Otero Rivera, joven que se personó a la casa del ex pastor Francisco Cruz Velázquez para pedirle ayuda pues supuestamente su vehículo se había quedado sin gasolina. El reverendo lo montó en su carro para buscar combustible y durante el trayecto el joven lo atacó, lo estranguló con una correa y le robó cinco dólares.

El joven, que fue apresado, le ha pedido perdón a la familia del reverendo y ha dicho que es una nueva criatura pues se entregó a Dios. Dijo también que "el enemigo", refiriéndose al pobre Satanás, lo había llevado a cometer el delito. O sea, no fue culpa suya sino del diablo. Pide entonces el joven Jomar comprensión porque cuando el diablo se le mete a uno por dentro no hay Dios que lo pare. En ese caso no somos responsables de nuestros actos.

Ahí está. El reverendo, que llevó toda una vida productiva y de servicio a la comunidad y al país fue asesinado por cinco miserables dólares y nosotros debemos perdonar y entender al asesino pues no sólo se ha entregado a Dios sino que el diablo es el culpable de lo que sucedió.

Por una de esas coincidencias del destino, y para añadirle dramatismo a la historia, ahora me entero de que el reverendo asesinado era hermano nada menos que de Nicky Cruz, el pastor que perteneció a una ganga en Nueva York y se convirtió al evangelio predicando un mensaje de sanación espiritual. Este es el mismo Nicky Cruz que escribió "Corre Nicky, Corre" ("Run Baby, Run"), libro que leí hace mucho tiempo y me conmovió por su realismo.

Habrá quien perdone al asesino porque "you know", es de humanos perdonar. Allá ustedes. Pero no me le echen la culpa al pobre diablo.

5 comentarios:

  1. Anónimo2:04 a. m.

    Ese es siempre el que paga las últimas. Da mucho que hablar el que en Puerto Rico los que no producen un .....ajo (especia)... esten destruyendo a los que viven la vida "como debe ser"

    ResponderBorrar
  2. Edwin:

    Creo que existen actos malos que rebazan la humanidad, que dañan la sensibilidad del carácter humano. Creo que el ser humano, en su espíritu, es bueno.

    Pero también creo que la bondad, además de ser un ingrediente del alma humana, se tiene que asumir con la voluntad. Es decir, aunque por naturaleza, PapaDios nos hizo buenos, esa bondad incluye la libertad, porque no somos marionetas de Dios, y esa libertad implica la voluntad de ser buenos o de no serlo.

    Y si no somos marionetas de Dios, por esa libertad, tampoco somos marionetas de Satanás...

    Cuando se dice que un acto, como la matanza de niños en My Lai:

    http://en.wikipedia.org/wiki/My_Lai_massacre

    ...es diabólico, nos referimos a que rebaza el carácter humano, no a que las personas renunciaron a su libertad y fueron guiados cual marionetas por el propio Satanás. El libro "People of the lie", de S. Peck, trata de explicar este fenómeno del mal en términos psiquiátricos.

    El primado satánico viene como un acto de LEALTAD a un comportamiento destructivo hacia el prójimo, y esa actuación, y aquí seré un poco atrevido, crea de facto un pacto, una relación biunívoca de la persona con Satán, quien se dice tiene el primado espiritual de destrucción sobre el género humano.

    El fundamentalismo ha exagerado esta "relación" como lo hacen algunos fundamentalistas políticos cuando le achacan a la Metrópoli TODOS los males sociales en la colonia, ignorando que para implantar la dominación, donde media la fuerza, que nadie niega el carácter del poder de la fuerza, media además un consentimiento que muchas veces es guiado por un miedo innecesario a perder la vida a cambio de perder la dignidad del ser humano, porque a la larga, todos perderemos la vida. Cuando se combate el mal, en todos sus ámbitos, se escoje también, como consecuencia, el tipo de muerte que nos vendrá encima.

    No es que debemos obligar a los demás a ser víctimas, como aquellos que se empachan la boca predicando la pobreza para que las masas acepten la miseria, sino que se debe combatir la miseria en un espíritu de pobreza...

    Así, en ese fundamentalismo religioso, se llega al ridículo de excusar al victimario y a inducir a las masas a ser sumisas ante los actos de poder demoniaco. Ese Satanás, al que tú te refieres, es una caricatura de algunos simplistas que detrás de sus excusas promueven la sumisión en nombre de un orden donde el jodido no se puede rebelar.

    Ese fundamentalismo es uno conveniente a los estados represivos, donde para uno ganarse la salvación y llevar un alma santificada frente a Dios, debe rebajarse ante la maldad de los demás, donde la cruz de Cristo es el fin de la humanidad, en vez de ser la CONSECUENCIA de una vida digna donde se luchó por la justicia del prójimo...

    Nota al calce:
    Edwin, no te confundas... NO soy un predicador...

    ResponderBorrar
  3. Aunque también sabe mucho, (más sabe el diablo por viejo...) y termina pagando tus deudas, (por aquello de que la última la paga el diablo).

    ResponderBorrar
  4. Prometeo me envió este comentario via email para que lo publicara (no puede comentar directamente, no sabemos por qué):

    Esta manía de echárle la culpa a otro por lo que hacemos viene desde el Jardín del Edén. Al parecer el ser humano está genéticamente programado para automáticamente evadir responsabilidades por las cosas malas que hace.

    Adelante y éxito.

    ResponderBorrar
  5. Elco:

    No eres predicador pero excelente comentarista.

    Ramón:
    Como decía el papá de Betty la fea, "el diablo es puerco".


    Alexis:
    Precisamente esa es la gran tragedia: los malos acabando con los buenos, los productivos, los necesarios.

    ResponderBorrar

Opina aquí