La mente limitada de Luis Fortuño, gobernador de Puerto Rico, no le permite ver más allá de su extensa nariz. Lo que necesita el Departmento de Salud para dirigirlo no es un médico, es un administrador. De hecho, debería prohibirse que sea un médico. El Estado gasta una gran cantidad de recursos humanos y fiscales entrenando a estos profesionales como para malgastar su formación en una posición para la cual no tienen más experiencia que usted o yo.
He llegado a la conclusión de que un chimpancé, debidamente entrenado, podría hacer un mejor trabajo que el que han hecho los dos médicos nombrados hasta ahora por Fortuño para esa posición. Y cuando digo chimpancé no estoy hablando de cualquier primate. No señor. Me estoy refiriendo a los organismos que en la escala evolutiva están más cerca de nosotros. No son los gorilas, por más que le parezca cuando ve a los legisladores nuestros de cada día, o a los miles de jóvenes violentos que renunciaron al simple placer de discutir los asuntos.
Estoy reflexionando, que está de moda pues Fortuño ha firmado una ley para que los niños reflexionen en las escuelas, mientras espero desesperado a que este despliegue fenomenal de nubes se vaya y me deje ver por lo menos uno de los meteoros lanzados por Perseo. Y reflexiono (nubes majetuosas me saludan), que no hay forma de saber en qué malgastarán nuestros estudiantes esos cinco minutos trascendentales. No los imagino como al pensador de Rodas, ni mucho menos. Más bien veo a Pepito tirándole papelitos a María y fastidiando la pita.
Pasa otra nube, pasajera gracias a Dios, y no he visto un solo meteoro. Entonces reflexiono, que está de moda, sobre cómo llegamos a este punto donde, en una de las peores crisis salubristas de nuestra historia, el gobierno ha logrado dejarnos sin alguien capacitado que tome las riendas del Departamento de Salud.
En el cielo no habré visto meteoros, pero este Fortuño es un fenómeno.
He llegado a la conclusión de que un chimpancé, debidamente entrenado, podría hacer un mejor trabajo que el que han hecho los dos médicos nombrados hasta ahora por Fortuño para esa posición. Y cuando digo chimpancé no estoy hablando de cualquier primate. No señor. Me estoy refiriendo a los organismos que en la escala evolutiva están más cerca de nosotros. No son los gorilas, por más que le parezca cuando ve a los legisladores nuestros de cada día, o a los miles de jóvenes violentos que renunciaron al simple placer de discutir los asuntos.
Estoy reflexionando, que está de moda pues Fortuño ha firmado una ley para que los niños reflexionen en las escuelas, mientras espero desesperado a que este despliegue fenomenal de nubes se vaya y me deje ver por lo menos uno de los meteoros lanzados por Perseo. Y reflexiono (nubes majetuosas me saludan), que no hay forma de saber en qué malgastarán nuestros estudiantes esos cinco minutos trascendentales. No los imagino como al pensador de Rodas, ni mucho menos. Más bien veo a Pepito tirándole papelitos a María y fastidiando la pita.
Pasa otra nube, pasajera gracias a Dios, y no he visto un solo meteoro. Entonces reflexiono, que está de moda, sobre cómo llegamos a este punto donde, en una de las peores crisis salubristas de nuestra historia, el gobierno ha logrado dejarnos sin alguien capacitado que tome las riendas del Departamento de Salud.
En el cielo no habré visto meteoros, pero este Fortuño es un fenómeno.
El departamento de salud...un barco sin ancla, ni timon.
ResponderBorrarLos cinco minutos de reflexion, sera para, de acuerdo a su posicion politica, la maestra le saque provecho, o simplemente, tenga tiempo de un sorbo de cafe.
Saludos
Coqueta
Fortuño que se decida, que con tanto cambio de opinión lo que demuestra es que no sabe tomar decisiones.
ResponderBorrarLos cinco minutos se van a ir en lo que el maestro tranquiliza a su salón alborotado.
:-( Tampoco pude ver los meteoros. Sabes si hay algun video en internet?
Videito de 9 minutos explicanod como Donald Rumsfeld tiene que ver con la gripe porcina, muy interesante.
ResponderBorrarhttp://www.youtube.com/watch?v=gKwk8Kq8QXA