lunes, 16 de abril de 2012

El día de San Diego.

Otro día de fiesta.  Otro día de playa.  Si hace sol mucho mejor.  Puerto Rico, tierra de la jarana.  Baile, botella y baraja para todos.  El chequecito del PAN le asegura una buena panza sedentaria al gordo frene al televisor viendo a La Comay. "¿Pa´ qué estudiar si el gobierno me mantiene?" pìensa mientras ríe a carcajadas y los músculos ocultos por la manteca ventral le mueven los chichos peristálticamente al ritmo del reguetón del apartamento de al lado.  Puerto Rico, nombre al pensamiento grato.  La nación que proclama con orgullo su puertorriqueñidad todos los días y la niega en las urnas cada cuatro años votando por el coloniaje.  A lo mejor esos no son de aquí.  La mayoría celebra el día de la independencia de Estados Unidos pero le tiene miedo a la independencia propia.

Es día de fiesta local.  No el día de Washington o el de los veteranos de guerras ajenas.  Es uno de esos que sustituyen la celebración de las verdaderas gestas patrióticas.  Podría ser el Día de la Raza, el Descubrimiento de Puerto Rico, el natalicio de Muñoz Rivera.  Al fin y al cabo, qué importa.  Al puertorriqueño promedio lo mueve el que será otro día libre.  Barbacoa.  Pinchos con Medalla.  Comprar en Plaza.  No cerraremos el país por el Grito de Lares, el de Jayuya, la masacre de Ponce o el natalicio de Albizu.  Por supuesto honraremos a algunos patriotas para sedar el sentido de culpa nacional, la admisión subconciente de nuestra propia entrega, de la negación de facto de nuestro verdadero nacionalismo.  Pero que no digan república.  Ni soberanía.  Sería como gritar lagarto verde en otros lugares.

Hoy es día de fiesta y le añadiremos peso a la inercia histórica que nos ha dejado en la misma condición  de siempre: colonia impotente.  A saber qué celebraremos este lunes 16 de abril.  Alguien dijo que es el Día de San Diego.

2 comentarios:

  1. Horita estuve revisando los periódicos y en ninguno, ni siquiera en Claridad, se menciona a José De Diego.

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  2. Saludos Ivonne. Los medios son cómplices. La Universidad también.

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