Unos dicen que fue el fuego. Otros la rueda. Y los norteamericanos que fue el pan rebanado. Pero si nos dejamos llevar por los medios de comunicación el mayor invento en la historia de la humanidad es el iPhone, el teléfono más comentado sin que se haya vendido uno solo.
Yo no entiendo la histeria. Tengo un celular y una iPod. Están en dos unidades separadas pero ambas son funcionales. Sé que el iPhone tiene más cosas, como acceso al internet. Pero las filas anticipadas, los pedidos anticipados, los orgasmos incuridos cuando reciban la primera llamada en el aparato ese....no es para tanto.
Por suerte en Cargas y Descargas hemos descubierto la verdadera razón por la anticipación demente de los consumidores que quieren un iPhone. Nuestras fuentes en Cupertino, California nos aseguran que los ingenieros de Apple le han introducido una función que le permitirá oprimir un ícono y comunicarse directamente con Dios. Así no tendrá necesidad de rezarle y sentarse a esperar si le contesta.
Claro, que esta función no será activada hasta que Dios no se ponga en fila y consiga uno de los aparatitos.
Yo no entiendo la histeria. Tengo un celular y una iPod. Están en dos unidades separadas pero ambas son funcionales. Sé que el iPhone tiene más cosas, como acceso al internet. Pero las filas anticipadas, los pedidos anticipados, los orgasmos incuridos cuando reciban la primera llamada en el aparato ese....no es para tanto.
Por suerte en Cargas y Descargas hemos descubierto la verdadera razón por la anticipación demente de los consumidores que quieren un iPhone. Nuestras fuentes en Cupertino, California nos aseguran que los ingenieros de Apple le han introducido una función que le permitirá oprimir un ícono y comunicarse directamente con Dios. Así no tendrá necesidad de rezarle y sentarse a esperar si le contesta.
Claro, que esta función no será activada hasta que Dios no se ponga en fila y consiga uno de los aparatitos.
¡venga! gilipollas.... si ya hace tiempo tu incontinencia urinaria bucal te jugó la mala pasada de confesar que estabas deseando comprarlo... ¡¡¡joderrrrrrrr!!!! el consumista de los coónes, que va de paria de libertador de parias de la Tierra....
ResponderBorrarHace popcorn? Eso sí sería chévere...
ResponderBorrarI
el iphone esta demasiao overrated. Anyway en este pais se han podido... la gente que lo queria pq nos bloquearon. Me imagino que la gente "hardcorosa" iran a pedir uno con un plan de los states pa poder usarlo aca.
ResponderBorrarFíjate Damianca que tengo presente el escrito. Y de hecho podría algún día, si bajan de precio los aparatitos, comprarme uno. Pero esto se ha salido de forma. No critico la máquina sino a los fanáticos.
ResponderBorrarSon dos cosas tan obvias que un cegato de mente como tú no las ve.
ya, ya, excusas... lo único que detiene tus ansias consumistas dices es el precio y no porque no puedas pagarlo, pero cierto es ya estás un poco harto de que todo el mundo hable de ti en la Universidad porque siempre das la nota con tus artilugios fashion y tus peculiaridades personales. No es necesario que lo confieses para que lo sepamos.
ResponderBorrarEdwin ¡déjate de vano consumismo! mira, he visto esta noticia y me he acordado de ti... tus próximas vacaciones no las puedes dejar de pasar aquí....
ResponderBorrarHotel para nostáglicos de la RDA
Sergio Correa (BBC Mundo).- En las 33 habitaciones de un hostal en Berlín se recrea el discreto encanto de la vida en la desaparecida República Democrática Alemana (RDA).
El "Ostel", en cuyo nombre se combinan las palabras "hotel" y "oriental", está situado cerca de la estación de trenes Ostbahnhof, en un barrio al cual no suelen llegar muchos turistas.
Las decaídas construcciones, los antiguos edificios públicos, las gasolineras y los edificios de bloques son el triste paisaje que domina esta zona que perteneció al Berlin oriental.
En medio de esta desolación, dos hombres nacidos en el Berlín comunista decidieron abrir un hotel que recuerda a un mundo que, menos de 20 años después de la caída del muro, parece haber sido borrado del mapa.
Un ambiente como éste ya no existe en el territorio de la ex RDA; la gente tiró todo a la basura, ¡fuera con eso! fue la norma no escrita ni hablada, pero ejecutada.