sábado, 31 de mayo de 2008

Good Bye Hillary (and don't come back)

Ya que el Partido Demócrata de Estados Unidos decidió las primarias al concederle a las delegaciones de Florida y Michigan la mitad de los delegados que les corespodían (por violar las reglas del partido), Barack Obama virtualmente aseguró su nominación a la presidencia por ese partido. Esto sella nuestro argumento de que las primarias en Puerto Rico son un ejercicio vano, futil y un gasto criminal de 2.5 millones de dólares. Alguien debería ir a prisión por esto.

Lo que me alegra de la decisión del PD es que Hillary no será candidata presidencial y no tendremos que soportar sus hipocresías y no seremos víctimas de su entrega a los grandes intereses. También me alegra el que Obama sea el candidato. No participaré en el circo primarista en Puerto Rico pero reconozco que es la mejor esperanza para los Estados Unidos.

10 comentarios:

  1. Anónimo2:05 a. m.

    Edwin, ve preparando tu espíritu, Obama te desengañará como lo haría cualquier otro, para él como el resto de políticos ven la condición de ciudadano así:


    Al decúbito prono
    llaman, cautos, proceso
    y con falaz embeleso
    camino tenaz al trono.
    Desandarán el camino
    a su antojo y sin presión
    pues es tal su condición
    tornadiza y taciturna
    que ven sólo en una urna
    su miseria y su ambición.

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  2. Dami:

    Lo que no entiendes es que AL MUNDO le conviene que gane Obama, no sólo a Puerto Rico. He aquí una predicción (anota): si Obama gana la presidencia al otro día caerá el precio del crudo.

    Hillary y McCain representan la visión de guerra fría de dos mundos encontrados. Obama viene de la generación globalizada y entiende que lo que sucede en el Congo, y hasta en España, repercutirá tarde o temprano en los Estados Unidos.

    Por eso es mejor candidato. Lo que sucede es que eres demasiado obtuso y no ves más allá de la España vieja.

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  3. Anónimo9:47 a. m.

    El momento de Puerto Rico

    MICHAEL JANEWAY

    Puerto Rico, un trofeo añadido que obtuvo EEUU hace 110 años al final de la Guerra de Cuba, y una isla en el limbo desde entonces, es un protagonista inverosímil en la pugna entre Hillary Clinton y Barack Obama. Las primarias que se celebran hoy podrían reforzar la posición mayoritaria de Clinton en el voto popular, la suma total combinada de las primarias y asambleas locales o caucus del Partido Demócrata que se han celebrado de un extremo al otro del país a lo largo de los últimos seis meses.


    El protagonismo formal de Puerto Rico en este proceso es muy grande. Sus 63 delegados con derecho a voto (los 55 elegidos y los ocho superdelegados) en la Convención Nacional Demócrata de este verano en Denver superarán en número a las delegaciones de más de la mitad de los estados (incluidos Kentucky y Oregón) y a la del distrito de Columbia. No obstante, no tiene voto en el Colegio Electoral y tampoco sus 2,5 millones de electores registrados votarán en las elecciones presidenciales.

    ¿Cómo es posible que ocurran estas cosas? Desde un principio, la cuestión de Puerto Rico ha sumido en la perplejidad a EEUU.La isla era esencial para la defensa del Canal de Panamá, por lo que no se dejó que se independizara en contraposición a las otras dos posesiones españolas ganadas en la guerra, Cuba (independiente en 1902) y Filipinas (1946). Considerada extranjera por su idioma y su cultura (y lo que es peor, superpoblada), una asimilación de la isla a EEUU al estilo de la de Nuevo México, que terminó con su reconocimiento como estado de la Unión, se antoja imposible.

    De forma similar, los puertorriqueños no han resuelto su relación con EEUU. Durante casi 50 años, tras la Guerra de Cuba, el sentimiento puertorriqueño se dividió entre sus sueños de ser reconocido como estado y sus sueños de independencia. Esta ambivalencia hizo que la isla no se decidiera siquiera a presentar al Congreso su solicitud en un sentido u otro. Incluso hasta mediados de siglo, surgieron estallidos esporádicos de nacionalismo violento.

    En parte para poner fuera de la circulación extremismos de este tipo, el Congreso permitió en 1948 que Puerto Rico eligiera a su propio gobernador y en 1950, le confirió un estatuto de difícil definición, una «unión comunitaria» semiautónoma sin llegar a la condición de estado. Dos años después, la isla adoptaba su propia Constitución y el Congreso se apresuró a ratificarla.

    Los puertorriqueños eligen su propia asamblea legislativa, junto con el gobernador. Disfrutan de prerrogativas como la Seguridad Social, pero no pagan el impuesto federal sobre la renta. Conservan su propia identidad cultural (el español es el idioma predominante), pero viven bajo el paraguas del sistema económico norteamericano y del Ejército estadounidense. Han sido ciudadanos de pleno derecho desde 1917, pero no tienen voto en el Congreso ni en la elección de la Presidencia.

    El hombre que sacó adelante este ordenamiento peculiar, que ha llegado a parecer permanente, fue Luis Muñoz Marín, que dominaba la política de Puerto Rico en los 40. En 1948, se convirtió en el primer gobernador por elección popular. Ganó otros tres mandatos y podría haber sido presidente vitalicio. Un tramo de la calle 116, en Harlem, lleva el nombre de Luis Muñoz Marín Boulevard en su honor. Muñoz fue un defensor elocuente de la independencia hasta que, ante las estadísticas demoledoras del final de la II Guerra Mundial, llegó a la conclusión de que la paupérrima economía de Puerto Rico no podía sostener una nación, así que empezó a dar forma a este invento suyo de una tercera vía.

    Cuando presentaba en la metrópoli la idea de la «unión comunitaria», Muñoz, un artista de las palabras y las metáforas, comentaba que Puerto Rico era la aceituna en el martini de Estados Unidos.Sin embargo, la toma del poder por Fidel Castro en Cuba en 1959 desplazó la atención de Washington lejos de la «unión comunitaria».Muñoz dejó el cargo en 1965. Sus sueños se habían desvanecido.La economía que él había conseguido que echara a andar se había quedado estancada.

    Posteriormente, en 1974, el Comité Nacional Demócrata y un grupo de perspicaces estrategas políticos locales se descolgaron con una idea para sacar partido del persistente descontento sobre el status de la isla: ¿Por qué no tener un gesto amable con Puerto Rico (y, lo que es más importante, con el voto puertorriqueño en las ciudades norteamericanas) mediante el reconocimiento del número de delegados que correspondería a su población si fuera un estado? Nunca hasta este año había estado tan reñida la carrera hacia la Presidencia como para brindar a Puerto Rico un papel protagonista.

    En la isla, la política gira en torno al punto muerto al que han llegado los dos grandes partidos, cuyas identidades (una, en favor del reconocimiento de la isla como estado; la otra, en favor de una autonomía reforzada) no guardan relación con las respectivas de republicanos y demócratas en los 50 estados de la Unión. Clinton y Obama están buscando, con cautelas, el apoyo tanto de una como de otra. La población de puertorriqueños en EEUU (casi cuatro millones, como la de la isla) observa los acontecimientos. Sin adscripción política clara está a disposición de cualquiera. Y los republicanos también han echado sus redes.

    Por lo general, los candidatos presidenciales ofrecen a los puertorriqueños promesas poco definidas que quedarán incumplidas. En esa lista la primera es: 'Haremos todo lo que quieran si nos otorgan una mayoría abrumadora'. Nada de eso va a ocurrir. Desde 1967, las aspiraciones de la isla han oscilado entre la unión como estado y la autonomía reforzada, una versión mejorada del acuerdo que ya tienen. La «unión comunitaria» de Muñoz ha contribuido a eclipsar la independencia; esta alternativa cuenta en la actualidad sólo con un apoyo limitado. Una mayoría abrumadora de los puertorriqueños quiere ser norteamericanos.

    El próximo presidente de EEUU podría limitarse a nombrar una nueva comisión, de más nivel y más efectiva, que reabriera el debate del status de Puerto Rico. Sin embargo, hay otra opción más. Castro ha abandonado su cargo, la influencia de Hugo Chávez es cada vez mayor, Brasil se está convirtiendo en una potencia petrolera y EEUU no tiene política latinoamericana digna de tal nombre. John F. Kennedy recurrió a políticos puertorriqueños para que le ayudaran a formular una nueva política para la zona en 1961. De forma semejante, el próximo presidente podría plantear a Puerto Rico, con su tradición democrática y su éxito económico reciente, que ayudara a planificar el Caribe tras Castro.

    Michael Janeway fue director del The Boston Globe y es profesor de Periodismo y Humanidades en la Universidad de Columbia. Escribe una historia de EEUU y Puerto Rico en el siglo XX.

    The New York Times Op-Ed.


    Ni entro ni salgo, ni EE UU ni Puertorico me importan un pito, ni vivo en ellos ni de ellos, pero... conclusión: Edwin es más tonto de lo que aparenta, y aparenta mucho, mucho, mucho... va de listo de la pandi.
    El colmo ya, es vaticinar que si gana Obama bajará el crudo ¡vaya gilipollez! ¿y los bienes de equipo para extraer el crudo y los dividendos a los putos moros y accionistas de las petroleras también los bajará? ¿incluido el gorila venezolano? Alguno no vive ni siquiera el el país de las maravillas de Alicia

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  4. ¡Dito sea Dios! Ese artículo lo leí hace como una semana . ¿Qué pasó, que ahora fue que El País vino a traducirlo?

    Y esos datos hasta Patricia, mi nena de cinco años, los sabe.

    En cuanto al crudo, cegato, no bajará por maquinarias ni ninguna de esas sandeces que mencionas. Bajará porque bajará la especulación de los precios futuros pues Obama sacará a las tropas de Irak lo más pronto posible. Eso, mi querido Neanderthal, estabiliza los mercados. Así que compra acciones del crudo ahora y véndelas el 1ro de noviembre.

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  5. Anónimo1:39 p. m.

    Edwin eres como el pato patagónico que paso que da cagada que deja.
    Ni que fueses la última coca-cola del desierto o fueses el único terrícola que lee The New York Times. Es lo que tenéis los de pueblo chico, necesitáis presumir.

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  6. Anónimo10:25 p. m.

    Solo estoy de acuerdo en algo... el dinero para pagar las primarias debe salir de los partidos y no del pueblo. Tengo que admitir, que $2.5 millones no suena tanto con toda la publicidad que se nos ha dado en la prensa americana...pero si encuentro injusto que los republicanos de la isla (y los populares soberanistas y pipiolos) tengan que pagar por unas primarias que ni les incumbe a ellos.

    By the way... Ya todos los pipiolos y populares devolvieron o rompieron el chequecito del gobierno federal?? Hipocritas...

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  7. Anónimo2:16 a. m.

    Buen analista de mercados, valores y futuros estás hecho... Así que ahora es el momento de comprar acciones de petroleras (su precio está por las nubes)y venderlas cuando el precio del crudo se derrumbe (según tú en noviembre) y por consiguiente también se hundan en bolsa los precios de las petroleras. ¡Guay del Paraguay! Con mentes tan preclaras como la tuya no me extraña que PR esté donde está... si en la Universidad hay lo que hay, presumiblemente lo mejorcito de cada casa, en política que está lo peor de cada casa.... para echarse a temblar.... brrrrrrrrrrr

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  8. L.B.

    El independentista o popular que devuelva la miseria de cheque ese es un soberano pendejo, que no es lo mismo que un pendejo soberano. ¿La razón? Los estadounidenses sacan al añlo BILLONES en ganancias Puerto Rico. Aquí nos han metido el mito de que los estadounidenses nos están regalando dinero. ¿Cuándo en la historia un imperio sale perdiendo con una colonia? Las colonias están para ser explotadas a través de sus recursos naturales, físicos y humanos.

    Yo no recibiré el cheque ese pero si me lo envíaran lo cogería y les enviaría una factura pidiendo el resto que me deben.

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  9. Anónimo4:54 p. m.

    Edwin,

    Me gustaría ver de donde sacas que el gobierno federal se "gana" billones de $ de Puerto Rico..! Si acaso, el ingreso puede que llegue a los billones, pero el costo de Puerto Rico a EEUU es tambien en los billones! Asi que si EEUU se gana algo, no creo ni que llegue a los $10 millones.

    Por eso es que a EEUU no le conviene tenernos a nosotros por mucho tiempo mas. Y por eso es que no hace sentido que los federales esten haciendo persecucion politica con Anibal. Para que?? Para que Fortuno? Un republicano que quiere la estadidad??

    Bah!! Los americanos ruegan que no seamos estado! El costo de nosotros para ellos aumentaria demasiado!!!

    Ahora mismo los federales le acaban de regalar a Puerto Rico casi medio billon con el estímulo este, sin nada a cambio...

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  10. Anónimo11:28 a. m.

    Edwin, ante determinadas preguntas me recuerda el chiste del que va a la pajarería a comprar un loro que hable, y le largan un buho, al cabo de una semana vuelve el jibarito a reclamar porque no habla el pollo y el pichafría del comerciante responde a sus quejas: hablar no habla, cierto, ¡pero no me negará que se fija mucho!

    Pues Edwin ¡¡¡¡lo mismo!!!! sus tomates no maduran porque están hasta las semillas de él.

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