En el Congreso de los Estados Unidos se les asigna una clasificación de poder ("power ranking") a cada uno de los legisladores. Esta se basa en varios criterios tales como medidas sometidas y aprobadas, fondos conseguidos para sus constituytentes, influencia y otros parámetros que puede leer AQUÍ. La clasificación se encuentra en el sitio Congress.org donde hay información extensa sobre el trabajo que llevan a cabo los legisladores.
He hecho una breve comparación de la clasificación de los cuatro representantes de las colonias de ultramar de los EEUU: Samoa Americana, Guam, Islas Vírgenes y Puerto Rico. Los cuatro tienen en común que tienen voz pero no voto en el Congreso por lo que me parece más justo que compararlos con alguien de un estado. He incluido una figura tomada de la página donde se clasifica a cada legislador. Para acceder la página original simplemente oprima sobre la figura y obtendrá más información.
Lo que salta a la vista son las dos gráficas provistas, una de línea y otra de barra, donde se compara el puntaje de poder en comparación con los demás legisladores (en promedio) y cómo se desglosa este, respectivamente. Note que de los cuatro representantes coloniales sólo uno muestra un descenso en el puntaje del 2005 al 2007. Durante este trienio los representantes de Islas Vírgenes (Donna Christensen), Guam (Madeleine Bordallo) y Samoa Americana (Eni Faleomavaega) subieron en el puntaje de poder (a 12.10, 11.77 y 10.40, repectivamente. Sin embargo Luis Fortuño tuvo un bochornoso puntaje de solamente 4.32, casi tres veces menos que el de la representante de Islas Vírgenes.
De hecho, Fortuño estuvo entre los últimos de todos los legisladores de Estados Unidos en esta clasificación. De un total de 435 representantes en la cámara baja de ese país, Fortuño ocupó la posición sotanera # 421. En comparación Faleomavaega, de Samoa Americana, ocupó la #344, Bordallo de Guam la # 313 y Christensen de Islas Vírgenes la #299, 122 lugares por encima de Fortuño.
He hecho una breve comparación de la clasificación de los cuatro representantes de las colonias de ultramar de los EEUU: Samoa Americana, Guam, Islas Vírgenes y Puerto Rico. Los cuatro tienen en común que tienen voz pero no voto en el Congreso por lo que me parece más justo que compararlos con alguien de un estado. He incluido una figura tomada de la página donde se clasifica a cada legislador. Para acceder la página original simplemente oprima sobre la figura y obtendrá más información.
Lo que salta a la vista son las dos gráficas provistas, una de línea y otra de barra, donde se compara el puntaje de poder en comparación con los demás legisladores (en promedio) y cómo se desglosa este, respectivamente. Note que de los cuatro representantes coloniales sólo uno muestra un descenso en el puntaje del 2005 al 2007. Durante este trienio los representantes de Islas Vírgenes (Donna Christensen), Guam (Madeleine Bordallo) y Samoa Americana (Eni Faleomavaega) subieron en el puntaje de poder (a 12.10, 11.77 y 10.40, repectivamente. Sin embargo Luis Fortuño tuvo un bochornoso puntaje de solamente 4.32, casi tres veces menos que el de la representante de Islas Vírgenes.
De hecho, Fortuño estuvo entre los últimos de todos los legisladores de Estados Unidos en esta clasificación. De un total de 435 representantes en la cámara baja de ese país, Fortuño ocupó la posición sotanera # 421. En comparación Faleomavaega, de Samoa Americana, ocupó la #344, Bordallo de Guam la # 313 y Christensen de Islas Vírgenes la #299, 122 lugares por encima de Fortuño.
Madeleine Bordallo, Guam
Flojuño no me inspira mucho, pero hay que cualificar este análisis. Enseñé estadísticas a estudiantes de Ciencias Sociales por un par de años. Lo primero que hacía era advertirles que si bien pueden ser útiles para realizar un tipo de análisis, se prestan fácilmente al pero subjetivismo, que es el que queda velado con apariencias científicas. Otra advertencia: correlación y causalidad no son sinónimos y los datos no son incorrectos, lo que falla es nuestra interpretación de éstos. Para facilitarles la comprensión de ello, les refería al libro How to Lie with Statistics, un pequeño manual escrito en 1954 por ya no me acuerdo quién.
ResponderBorrarEl análisis citado no es una evaluación del trabajo del representante es un análisis del poder que tiene cada uno en las estructura congresionales, por eso la Speaker Pelosi obtuvo "A" (93.3) y los que quedan bajo el rango 6 obtienen menos de 50.0, ¿diríamos"f"? En fin que del análisis citado se destaca lo siguiente: (1) se trata de un análisis de poder en el Congreso no de la ideoneidad del congresista para representar a sus electores, (2) Fortuño es republicano; los tres representantes de territorios con los que comparas a Fortuño pertenecen al Partido Demócrata, de ahí que sus datos repuntan a partir del 2006, año en que los demócratas dominaron el Congreso, mientras la curva de Fortuño se desploma precisamente el año en que su partido pierde, (3) los tres: Faleomavacga- el único nativo de territorio, Bordallo y Christensen también son incumbentes con más de un término i.e. relaciones y experiencia: 10, 6 y 3 términos respectivamente; (4) en cuanto al score, de las primeras 20 posiciones en la Cámara, sólo dos pertenecen a republicanos y éstos son de distritos donde no ganan demócratas, (5) los republicanos se concentran en los últimos 135 rangos a partir del #350, donde sólo 10 son demócratas- lo que apunta hacia una correlación entre el partido dominante y el poder del representante-, (6) Nancy Pelosi es #1 en la Cámara because she pulls the strings y porque éste es un análisis de poder político no porque sus ejecutorias sean encomiables, (7) los tres representantes puertorriqueños electos en NYC y Chicago, a pesar de ser demócratas de larga incumbenccia exhiben "notas" relativamente pobres: Serrano (33.18), Gutiérrez (31.91), Velázquez (27.7), (8) Kucinich (D) y Ron Paul (R) que fueron candidatos en las primarias de sus partidos y contaron con tanta presencia en los medios nacionales tienen un chispito de poder en el Congreso: 13.73 y 19.0 respectivamente Lo que sí es curioso es que un republicano de primer término de un territorio sin poder electoral haya quedado en rango superior a 14 representantes con poder de voto, aunque todos republicanos, excepto Jefferson que lo cogieron aceptando soborno. Lo que si se puede concluir del análisis es que en el Congreso el poder está concentrado en manos de unos pocos protagonistas del proceso partidista que son los que reparten el biscocho, pero eso ya lo sabíamos. También sirve el análisis para que cuando algún político local venga a decirnos que para tal o cual legislación congresional sobre PR tiene el apoyo de cual o tal congresista, podamos aquilatar lo que de verdad vale en moneda de poder congresional el alegado apoyo del tal aliado, para que después no venga a la Isla a cobrarnos en cascajo para su campaña política. ¿Te preparaste un sandwich? ji
Lo que me da pena es que esa F no la van a tomar en cuenta los montones de morones que lo van a trapar a La Fortaleza si las cosas siguen como van.
ResponderBorrarMyrisa:
ResponderBorrarPrecisamente por la cosa estadística le rehuí a la comparación de los cuatro representantes coloniales con los estatales, que es precisamente lo que haces. Te cito de mi escrito: "Los cuatro tienen en común que tienen voz pero no voto en el Congreso por lo que me parece más justo que compararlos con alguien de un estado.
Creo que la comparación que haces de Fortuño con los representantes estatales pierde significado por los múltiples factores que inciden en el acceso al poder del Congreso.
Señalas correctamente "El análisis citado no es una evaluación del trabajo del representante es un análisis del poder que tiene cada uno en las estructura congresionales"
Sin embargo esa fue la primera aclaración que hice cuando escribí, en la primera oración: "En el Congreso de los Estados Unidos se les asigna una clasificación de poder ("power ranking") a cada uno de los legisladores.
En cuanto a que correlación y causalidad no son sinónimos es obvio. Por eso no entiendo por qué presumes que el descenso de Fortuño se debe al acceso al poder de los demócratas y los números positivos de los otros tres coloniales se deben a que son de esa afiliación. ¿No estás estableciendo una correlación de causalidad en cuanto a la afiliación partidista?
Te recuerdo que el "partisan politics" en EEUU no es tan acentuado como en P.R., que ese Congreso demócrata ha sido un "disappointment", especialmente durante el primer año,y que no tenemos los datos para presumir que los otros tres delegados territoriales tuvieron ventajas sobre Fortuño.
De la misma forma que tú implicas una correlación causal en cuanto a la afiliación política de Fortuño yo podría alegar que su descenso coincide con el inicio de su campaña de facto en el 2006 para gobernador de Puerto Rico.
Sin embargo los datos no nos permiten llegar a esas conclusiones. Sí puedo concluir que, basado en los criterios utilizados, y que cito en mi escrito, en esta clasificación Fortuño sacó una F contundente, al igual que los 14 representantes que están por debajo de él, de un universo de 435, y a quienes mencionas para implicar que, después de todo, Fortuño no lo hizo tan mal porque hubo 14 peores.
Dije que correlación no es sinónimo de causalidad. Pero una correlación observada puede usarse para inducir o aproximar una explicación causal. Lo que pasa es que no es automático, requiere análisis, teoría y corroboración.
ResponderBorrarNo estoy comparando a los representantes de territorios con los de los estados. Es evidente que ninguno (tomados en conjunto o por separado) exhiben altos rangos de poder. Me he preguntado, no obstante, si de los datos surge una explicación para la discrepancia entre lo que es el score de Fortuño y el de los demás representantes de territorios. Por supuesto, podría haber concluido rápidamente que es porque no sirve, pero tal conclusión sería inútil y no ma ayudaría a entender los datos que tengo ante mí. Así que decidí ver los datos de cerca.
La dificultad que tengo con tu análisis es que destacas una característica común (no tener voto) como la variable que hace comparable las ejecutorias de los cuatro representantes de territorios. De inmediato reacciono ante la situación de existen pocas observaciones posibles (qué universo tan pequeño): solo cuatro.
El estudio ofrece otras variables observadas en mayor número de casos ¿y nos constreñimos a ésta? Bueno esa es una interpretación posible, pero los universos pequeños se escapan con facilidad al análisis de correlación de datos que, por lógica, requiere de universos con cierto número de observaciones posibles para adquirir significado que nos ayuden a entender su comportamiento. Hay otros análisis de datos que se basan en la descripción y son más apropiados para manejar pocas observaciones.
Pero volviendo a los congresistas, otro sería el análisis si atendemos a otra variable que sí puede observarse en los 435 individuos que componen el universo de los representantes a la Cámara y que han sido comparados unos con otros. Entonces el análisis se aproxima mejor. Observemos, pues, otra variable:la afiliación partidista de los representantes. Seguida salta que los que los rangos se distribuyen en torno a ésta, con los demócratas subiendo a los primeros rangos precisamente desde que su partido ganó las elecciones congresionales en el 2006 y la inmensa mayoría de los republicanos sucumbiendo a los rangos más bajos desde ese momento.
Este es un análisis sencillo sobre una variable binomial bien fácil de observar sin temor a la contaminación: el evaluado o es demócrata o republicano. Aún en los reps de territorios lo vemos, si son demócratas están mejor que el republicano Fortuño, pero distan mucho de ser powerhouses. Ni era necesario que yo hiciera esta lectura basada en el partido del congresista, pues los analistas de Knowlegis lo hicieron antes como vemos en la gráfica del índice de poder del promedio de los congresistas según su afiliación (http://www.congress.org/congressorg/power_rankings/index.tt). Como vemos el promedio baja drásticamente para los republicanos (los rojos) y sube significativamente para los demócratas (los azules)desde el 2006.
Pero no todos los demócratas tienen el mismo poder. Lo que nos trae a la observación de otra variable que puede ejercer impacto junto con la del partido: el tiempo que un congresista lleva en la Cámara (para efectos de reducir las variables del análisis no he mirado el Senado). No lo digo yo. Lo dice el analista, por ejemplo en la pág. de Pelosi: "Long tenure or years in office in Congress can provide clout." En la explicación de las categorías del poder dice el analista: "Much of the power a member wields is directly a result of their seniority on a committee or in the chamber as a whole." Vemos que los primeros diez en la lista del reparto del poder son the usual suspects: Pelosi, Hoyer, Rangel, Dingell, Obey, Boehner, Frank, Conyers, Waxman, Emanuel. Tienen en común haber estado en la Cámara por 9 términos o más, con excepción de Emanuel el de la posición 10 que tiene tres términos. Y consistente con el significado de la afiliación partidista, el poderoso Boehner bajó dramáticamente su puntaje desde las elecciones pero se mantuvo entre los primeros diez porque es el líder de la minoría republicana, should I say more? And guess what, consistente también con la aclaración del analista sobre la construcción de las categorías de poder, los tres congresistas (Cámara) de territorios con los que comparas a Fortuño son demócratas y presiden algún comité o subcomité de la Camara, lo que les confiere automáticamente una fuente de poder.
Otro problema con este estudio es que se trata de un corte seccional no de una serie de tiempo. Sólo se observó el comportamiento de unas variables en un punto en el tiempo (un término congresional). Este tipo de estudio es más útil cuando se usa para para describir. En este caso es bueno para describir perfiles o tendencias de poder en el Congreso: los miembros más poderosos en el Congreso de 2006 a 2008 pertenecen a tal partido, tienen tal antiguedad, son de tal raza etnicidad, sexo (si se quiere), proceden de tal estado (hay estados más poderosos que otros), etc., etc. Pero en cuanto a servir de medida de la idoneidad de un miembro para representar a sus constituyentes, el estudio no se presta, no sirve para derivarlo. El descontento del público con el Congreso no quita que los que tienen poder en el Congreso lo tienen, que es lo que el estudio redundantemente mide.
Se puede argumentar que el descenso de Fortuño coincide con su candidatura a la gobernación, pero, precisamente, eso sólo, que "coincide". Aserto que no tiene consecuencias lógicas y que no tiene relación alguna con este estudio. No es lo mismo que establecer una correlación- que antes de declarar causal- que los mismos datos revelan que tiene mayor significado en la determinación del el fenómeno medido: poder congresional.
Sé que me corro el riesgo de que mi análisis sea interpretado como una defensa de Fortuño, qué le voy a hacer. Asumo las consecuencias de ejercer criterio propio.