La Insorportable Ridiculez del Caso de la Pantera

Si no fuera porque vivimos en el Caribe, donde la bayoya y el relajo le dan suero a nuestras vidas, algunos habríamos tomado medidas radicales.  Pero hay que sentarse como espectador y disfrutar las ridiculeces de los miembros del Departamento de Recursos Naturales (o Sobrenaturales) en el caso de la pantera de Caimito.  

Ya muchos comienzan a dudar de la existencia del felino porque después de más de una semana de búsqueda intensa el gato no ha sido encontrado.  Subestiman de esta forma la crasa ineptitud del DRN en encontrar a un animal en un radio de una milla de distancia.  

Hoy nos hiere la inteligencia el anuncio de que la carne puesta en las trampas tiene que ser sustituida por carne fresca pues la otra se pudrió.  Esta gente no sabe nada del método científico.  Si los resultados obtenidos contradicen tu hipótesis original tienes que cambiarla.  La hipótesis era que el felino, si se le ofrecía carne fresca dentro de una jaula, se metería en la misma y se la comería.

Si la carne se pudrió es porque el felino NO SE METERÁ EN LA JAULA.  ¿Y qué hará el DRN? Repetir el mismo experimento fallido.  Mismas jaulas, carne fresca.

He aquí mi explicación de por qué las jaulas han fracasado, y espero que alguien del DRN lea esto (especialmente su director, Javier "Rambo" Vélez Arocho).  El felino, si existe, fue criado bajo condiciones de encubrimiento, por la ilegalidad de tener al animal. Esto significa que fue criado en jaulas.  Eso es lo que yo habría hecho.  Y si yo fuera el felino, tan pronto lograra escaparme de la jaula, que es lo que aparentemente ocurrió, lo último que haría sería volver a una, por más carne de cordero que me pongan.  Y si se está pudriendo y huelo a agentes con rifles cerca, menos aún.  Noten en la foto cómo el Secretario Rambo Vélez mueve la jaula sin guantes, dejando su fétido olor de humano por todas las rejillas.

El problema fundamental aquí es que la gente del DRN, que debería saber de biología básica, está subestimando malamente la inteligencia y los sentidos de los animales.  Si no que les pregunten a los monos de Lajas, que ya han llegado al área metropolitana.  

Aquí hay que hacer algo radical pero no es contra la pantera.  Es contra los miembros del Departamento de Recursos Naturales, y sobre todo su Secretario, que están haciendo la mayúscula ridiculez con las porquerías de trampas esas.  Yo metería a cada uno en una por un día para ver qué se siente.  Luego los soltaría y les preguntaría si se meterían de nuevo en una, por más comida que les pongan.