El FBI tenía una plaza vacante para un asesino. Después de varias entrevistas quedaban tres finalistas; dos hombres y una mujer. Los federales llevaron a uno de los hombres al frente de un cuarto con una gran puerta de metal y le dieron una pistola. "Dentro de ese cuarto está tu esposa amarrada. Entra y mátala". "¿Matarla?", dijo el candidato. "No puedo, es mi esposa y la amo". -"Pues entonces-, le dijo un agente, -no puedes pertenecer al FBI. Exigimos lealtad y disciplina absoluta. Recoge a tu esposa y vete a tu casa"-.
Entonces le tocó el turno al segundo hombre. Le dieron la pistola, entró y hubo un silencio sepulcral. Al cabo de cinco minutos salió el hombre llorando. -¿"Qué pasó?- le preguntó un agente. -"Traté y traté pero no pude. Es que amo a mi esposa"-. -"Pues entonces, -le dijo otro agente,- no puedes pertenecer al FBI. Recoge a tu esposa y vete a casa".
Finalmente le tocó el turno a la mujer. Le dieron la pistola y le dijeron: -"Entra al cuarto, donde encontrarás a tu esposo amarrado. Tu misión es asesinarlo". Entonces la mujer entró y tras un breve silencio se escucharon ruidos estruendosos. Se sintieron golpes contra las paredes y el piso. Al cabo de cinco minutos salió la mujer toda despeinada, sudada y llena de sangre. "Las balas no servían. Eran de embuste. Así que tuve que entrarle a sillazos hasta que lo maté. Misión cumplida".
Moralejas:
- No confíes en lo que te dice el FBI.
- Cuando una mujer se propone algo lo logra sea como sea.
Jajajaja...
ResponderBorrarLa primera, te la compro...
Pero la segunda, creo que es algo machista...
Elco:
ResponderBorrarMe debatí si publicarlo precisamente por que tiene algo de machista. De hecho es una versión light del original. Pero al fin y al cabo es un buen chiste y espero que nadie se ofenda.