domingo, 8 de mayo de 2005

Biología Maternal

Expliquemos esto de manera sencilla. Cuando uno de los 200 a 300 millones de espermatozoides que los hombres liberamos en cada eyaculación llega al óvulo, funde su membrana celular con la de éste y libera su núcleo con 23 cromosomas. Ese núcleo macho migrará por el citoplasma hasta llegar al núcleo hembra, se unirán y los 23 de uno se unirán con los 23 del otro. 23 más 23 es igual a 23 pares. 46 cromosomas, nuestro complemento genético. Fecundación. Ese óvulo fecundado, llamémoslo cigoto, se dividirá rápidamente formando un embrión que se convertirá en feto que se convertirá en otro boricua. Pero en perspectiva, los hombres sólo aportamos los 23 cromosomas, que no es poca cosa. Sin embargo, el óvulo aporta todo lo demás. Es que para que una célula funcione hace falta mucho más que un núcleo. Necesita mitocondrias, factores de transcripción genética, retículo endoplásmico y un montón de estructuras celulares que le permiten funcionar. O sea, el espermatozoide provee 23 cromosomas y el óvulo toda la maquinaria celular que dará lugar al milagro de nacer. En este día de las madres, un poco de biología que evidencia por qué tenemos que darles gracias.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Opina aquí