viernes, 8 de diciembre de 2006

La Ruta a San Diego 2

Estoy en el avión reflexionando sobre la futilidad de las medidas antiterroristas de la administración Bush y lo que significará el próximo golpe que sufra Estados Unidos a manos de Al Qaeda o de los múltiples grupos que se han creado a raíz de la invasión norteamericana a Irak. Ese país se ha convertido en un caldo de cultivo de terroristas potenciales, un laboratorio extraordinario para probar nuevas tácticas de terror, un terreno fértil donde del odio y el deseo de venganza germinará más odio y venganza.

Sigo pensando en la ineptitud del gobierno de Bush y en cuán fácil se le haría a cualquiera con un módico de inteligencia causar daño significativo. Estoy sobre algún lugar del Atlántico rumbo al norte y decido ir al baño. Allí veo en letras claras algo que había mirado antes pero no le había prestado atención: una invitación al desastre aéreo para cualquier terrorista que sepa que no debe subir cremas o desodorantes al avión. Por supuesto le saqué una foto:



En letras claras decía que tirar por el inodoro cualquier cosa que no sea papel higiénico puede causar derrames externos y crear un peligro de seguridad. Ahí estaba en letras grandes y mayúsculas: instrucciones de cómo dañar el avión. Esto no pinta bien.

2 comentarios:

  1. La pista que necesita cualquier terrorista para hacer la de ellos... en ocaciones se peca de ingenuo, pero ese letrero da todas las indicaciones necesarias para hacer pasar un mal rato.

    Saludos!

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  2. Anónimo12:32 p. m.

    Elemental, querido Edwin, lo de la caja no era la comida, era la cagada del anterior pasajero a ti...

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