miércoles, 24 de enero de 2007

La Invasión a la República Dominicana del 2026

Aunque la tasa de natalidad de los puertorriqueños seguía bajando, ubicándose entre las más bajas del mundo, estaba claro que el territorio nacional no bastaba para los seis millones de habitantes de la isla. La independencia del 2015 se había logrado sin mayores consecuencias. Al final fue un pacto de conveniencia mutua entre los Estados Unidos y Puerto Rico. Las garantías norteamericanas de privilegios ciudadanos a los boricuas y sus descendientes no evitaron la fuga masiva de miles de puertorriqueños a la Florida y otros estados, creando una escasez de mano de obra diestra que fue llenada por boricuas que regresaron, diplomas en mano, a sustituir a los que se fueron, diplomas en mano.

La invasión a Dominicana se había gestado desde el 2013, poco antes del acuerdo de independencia, como parte de las negociaciones entre Puerto Rico y Estados Unidos. El trato era que los Estados Unidos no sólo no intervendría sino que proveería a la República de Puerto Rico con todos los armamentos necesarios para asegurar la conquista del este de la República Dominicana. A cambio lograría la estabilidad de una región que se había convertido en punta de lanza del tráfico de drogas Estados Unidos. La influencia del ya presidente vitalicio Hugo Chávez de Venezuela en los asuntos de Dominicana tenía nerviosos a los norteamericanos.

Los puertorriqueños, oprimidos por siglos por potencias extranjeras, fueron seducidos por la posibilidad de montar su propio pequeño imperio caribeño. Cuba seguía bajo el dominio de Raúl Castro, que había apretado los tornillos en la Antilla Mayor y se había aliado a Corea del Norte, que seguía siendo un dolor de cabeza para el Occidente. En las negociaciones para la independencia de Puerto Rico el asunto de Cuba fue puesto en la mesa por Estados Unidos pero los puertorriqueños se negaron. Cuba era Cuba y su destino sería respetado. La República Dominicana, claro está, era otro asunto.

Puerto Rico Occidental era el nombre del nuevo territorio que cubría las provincias de Altagracia, La Romana, El Seibo, Hato Mayor y Samaná. El resto del territorio era, por supuesto, República Dominicana con la excepción de las provincias de Dajabón y Monte Cristi en el oeste que formaban ahora parte de Haití. Ese era parte del acuerdo. Cuando los puertorriqueños invadieron por el este los haitianos lo hicieron por el oeste. El ejército dominicano, sorprendido por el ataque boricua, dejó prácticamente abierta la frontera dominicana.

La guerra duró dos apenas dos semanas...(continuará)




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4 comentarios:

  1. Pa'ir a mear y no echar gota... ¡Quien tiene hambre sueña con rollos!
    Más te vale ir tomando clases de chino mandarín.

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  2. Anónimo9:32 p. m.

    Interesante ilusión, amigo.

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  3. Anónimo4:47 p. m.

    BUENO AMIGO, ES UNA HISTORIA FANTASTICA, SIRVE PARA UNA PELICULA DE FICCION

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