El Nuevo Día (END) sigue con su función antisocial de confundir a sus lectores, promover su agenda política, asesinar el castellano y repartir errores conceptuales a diestra y siniestra. Presumo que parte de esto se debe a lo poca preparación académica de algunos de sus reporteros y/o editores.
A Flores Quiles se le practicó la prueba de alcohol en el organismo y arrojó .8%, el límite permitido por ley, agregó la Uniformada.
Para poner las cosas en perspectiva ante tamaño disparate compartiré la siguiente información que he tomado de Wikipedia (excepto la última fila):
Concentración de alcohol en la sangre | Algunos efectos en la persona |
0.01–0.029 | Apariencia normal. |
0.03–0.059 | Euforia leve, relajación. |
0.06–0.10 | Desinhibición, reflejos se afectan. |
0.11–0.20 | Cambios súbitos en las emociones, habla se afecta, pérdida del control de movimientos. |
0.21–0.29 | Pérdida de la conciencia, incapacidad para entender las cosas. |
0.30–0.39 | Depresión severa, inconciencia, se afecta el corazón, pérdida del control urinario, posible muerte. |
>0.40 | inconciencia, MUERTE. |
0.8, como dice El Nuevo Día | Que le echen hielo y alguien se lo beba. |
Según las leyes de tránsito es ilegal manejar con un contenido de alcohol de 0.08% ó más. 0.8%, que es lo que alega END que tenía la persona, es DIEZ VECES más que 0.08. Esa es una de las maravillas del sistema decimal; es fácil de entender. Obviamente, si la persona aún estaba viva con 0.8% (una imposibilidad fisiológica), habría sido atracado por algún vampiro alcohólico.