Aquí se habla español. La realidad es que esta es una nación básicamente monolingüe. Se ha estimado que sólo un 15% de los puertorriqueños puede hablar con fluidez el idioma inglés a pesar de que éste se nos enseña desde el primer grado. ¿Cómo es posible que, tras doce años de enseñanza de esa lengua en las escuelas, nuestros estudiantes no lo entiendan?
La respuesta es sencilla: nos lo enseñaron mal. Y la culpa la tiene la cancioncita esa: “pollito chicken, gallina hen, lápiz pencil y pluma pen”. Es que la canción misma está incorrecta. En términos generales, la palabra para pollito es chick. Chicken, aunque puede incluir a pollitos, usualmente se usa para gallinas adultas. Si ve a una chica guapa y quiere decirle qué pollita linda jamás le diga “What a nice chicken”. A ninguna mujer le gusta que le digan gallina. Y qué de la franquicia Church’s Fried Chicken? ¿Creen que se refería a pollitos? Lean cómo sonaría en español: Pollitos Fritos de la Iglesia! Y muchos que habría que comerse porque son tan pequeñitos que un combo debería tener como quince. Eso sin entrar en el problema de una orden de sólo muslitos o alitas.
Para complicar las cosas la pronunciación del inglés es difícil y a veces arbitraria. Hace muchos años le explicaba a un estudiante norteamericano algo sobre la sangre. Por más que trataba él no entendía de qué le hablaba. Yo insistía hablándole de la blud y él nada. De pronto se le iluminaron los ojos y gritó blod! Allí mismo maldije la falta de congruencia en la pronunciación. Si “wood” se pronuncia wud y “room” es rum, ¿por qué rayos “blood” se pronuncia blod?
No creo que se haya hecho un estudio de cuántos de nuestros estudiantes entienden el difícil pero presumo que son los menos. Esto toma mayor importancia en las ciencias naturales donde prácticamente todos los libros de texto usados son en inglés. De hecho, en nuestro sistema universitario hay cursos de ciencia impartidos en esa lengua. Algunos argumentan que es necesario usar textos en inglés porque nuestros estudiantes tienen que aprender un idioma que es, de facto, la lingua franca de las ciencias y las comunicaciones internacionales.
Estoy de acuerdo con que deben aprender inglés. Yo soy bilingüe y eso me abre unos accesos que están cerrados para el que sólo habla español. Pero en mis cursos de biología yo no estoy allí para enseñar inglés, sino biología. Cada vez que puedo les doy el equivalente en inglés de un término científico. Pero eso es otra cosa. Lo ideal es que la clase sea impartida en español y si se usa un texto, que ya no son tan necesarios, que sea en español también.
Hay quienes abogan porque todas las clases, incluyendo ciencias y matemáticas, sean impartidas en inglés desde la escuela elemental. Eso quería Víctor Fajardo, ese ladrón miserable que se robó el dinero de nuestros niños. Si lo dejaban, él y sus secuaces enseñaban el español en inglés. No en vano dicen que los españoles entraron por Aguada, los norteamericanos por Guánica y la corrupción por Fajardo. Eddie Dee, un rapero, lo expresó muy bien en una canción de reggaetón: “No me importa si te gusto o te disgusto, pues mi diploma de cuarto año está firmado por un corrupto”.
Mientras tanto, el Departamento de Educación de Puerto Rico debe cambiar su enfoque de enseñar el inglés como un segundo idioma a inglés como una lengua extranjera. Porque después de todo, eso es lo que es. Si no lo hace y nos quedamos con la cancioncita esa a lo más a que podremos aspirar es a que nuestros estudiantes construyan oraciones como “the chicken has pens”.
© Edwin Vázquez
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